— ¡Madre Santa! ¿Qué estará pasando?
— ¿Será algo de drogas?
— No. Acordate que allí está la Curia
— Sí, pero ¿qué será? Hay mucho antimotín regado
Jorge y Mauro volvían a sus casas en la moto del primero, cerca de la medianoche de este jueves 21 de diciembre; sin embargo, les intrigó el inusual despliegue policial en los alrededores de la Residencia Episcopal, en el centro de la ciudad de Matagalpa. Del breve diálogo, disiparon la duda en la mañana siguiente, cuando supieron que la Policía y civiles armados se habían llevado al Vicario general de la Diócesis, monseñor Óscar José Escoto Salgado.
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“Ese era el movimiento de tantos policías, es más, ahí siguen, menos que anoche, pero están en la esquina de los cafetaleros (esquina de la Asociación de Cafetaleros de Matagalpa, diagonal a la casa de la Secretaría departamental del Frente Sandinista), la calle de la Biblioteca (del Banco Central de Nicaragua) y la calle de la mera Curia”, relata Jorge.
Un bus llenó de agentes de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales (DOEP) había llegado más temprano a Matagalpa, supuestamente como parte de un plan especial en ocasión de Navidad, pero, el despliegue en esa ciudad solo es comparable con el descomunal movimiento policial entre el 4 y el 19 de agosto de 2022, cuando la Policía mantuvo en un encierro forzado al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, junto a otros sacerdotes, incluyendo a monseñor Escoto, un diácono, seminaristas y laicos.
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Ninguna información oficial ha trascendido sobre el secuestro de monseñor Escoto, que duró aproximadamente 12 horas. Cerca de las 11:30 a.m. de este viernes, el Vicario general de la Diócesis caminaba solitario de norte a sur, sobre la Avenida Bartolomé Martínez, hacia la Residencia Episcopal que seguía rodeada de policías.
— Es el padre Óscar — lo reconoció Julio, desde su carro en marcha.
— ¡Bendito Dios! Lo soltaron —respondió la esposa
Desde el 19 de agosto de 2022, cuando sacó por la fuerza al obispo Álvarez y demás acompañantes, la Policía tiene presencia permanente en la Residencia Episcopal. En un comunicado que publicó en esa fecha, la Policía dijo que monseñor Escoto se quedaba en el edificio “en carácter de Autoridad Eclesial y sin ninguna restricción policial o de movilidad”.
En el ejercicio de su cargo, monseñor Escoto ha asumido tareas pastorales que en otras circunstancias corresponden a un obispo, porque monseñor Álvarez está encarcelado en La Modelo, en Tipitapa, Managua, sentenciado sin juicio a 26 años y 4 meses de cárcel.
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El 19 de diciembre reciente, la Diócesis de Matagalpa cumplió 99 años de haber sido creada canónicamente por el Papa Pío XI. El obispo de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega —originario de la comunidad El Cacao, en Darío, Matagalpa— presidió la Misa con la que la Iglesia abrió un año jubilar en ocasión del Primer Centenario de la Diócesis.
Las fotos de los 9 obispos que ha tenido la Diócesis desde 1924 a la fecha, estaban en lo alto, en la catedral San Pedro Apóstol. Monseñor Mora dijo en su homilía que la Conferencia Episcopal de Nicaragua estaba unida en oración por la Diócesis y por el obispo Álvarez. Al día siguiente, él y los seminaristas Dany Palacios y Alester Sáenz Centeno fueron secuestrados en La Cruz de Río Grande, en la Costa Caribe Sur, y siguen en condición de desaparición forzada.
“Estas detenciones son el patrón represivo que ha venido realizando el régimen de Nicaragua contra sacerdotes, que es la desaparición forzada y posteriormente un comunicado acusándolos de traición a la patria o de divulgar noticias falsas”, sostiene el abogado Yáder Valdivia, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, organización con sede en Costa Rica y que ha documentado la persecución religiosa que el régimen Ortega Murillo ha emprendido en Nicaragua.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH) reiteró su preocupación por «los patrones sistemáticos de hostigamiento contra miembros de la Iglesia Católica y otras», exortando al Estado a garantizar sus derechos humanos.
El 21 de diciembre, monseñor Escoto madrugó para ir de la Residencia Episcopal hacia la Parroquia Santa María de Guadalupe, en el barrio Guanuca de Matagalpa, donde es párroco, y donde presidió la primera de un triduo de misas programadas a las 5:00 de la mañana, en preparación para la Navidad. Pero, a la misa del amanecer de este viernes 22 no llegó, sino que celebró otro sacerdote.
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