Ser un “buen seminarista” y eventualmente “un buen sacerdote”, es uno de los principales anhelos de Alester Sáenz Centeno, uno de los dos seminaristas secuestrados junto al obispo de la Diócesis de Siuna, monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, por policías y civiles armados, el miércoles 20 de diciembre, cuando el jerarca católico iba a administrar el Sacramento de la Confirmación a 230 feligreses del municipio La Cruz de Río Grande, jurisdicción política de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS).
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Tony Palacios es el otro seminarista que junto a Saénz y el obispo Mora están en condición de desaparición forzada, pues el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo sigue sin brindar información oficial sobre el paradero.
Del seminarista Palacios solo ha trascendido que es originario de la Parroquia Cristo Rey, en el poblado de Ubú Norte, municipio de Paiwas, en la RAACS; y que cursa el primer año de Teología en el Seminario Interdiocesano Nacional Nuestra Señora de Fátima, en Managua.
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En ese mismo seminario, Sáenz Centeno cursa el tercer año de Teología. Él es originario de la Parroquia Santa Rosa de Lima en el municipio de Rosita, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte y el 10 de julio de este año fue su Admisión de las Órdenes Sagradas, es decir, oficialmente aceptado por la Iglesia para el sacerdocio.
“De ellos (seminaristas) puedo decirle poco, porque pasan el año en el Seminario y en vacaciones vienen a hacer misión”, relata una feligresa en Siuna.
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En una publicación del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima en Facebook, en mayo de 2022, en ocasión de la Semana de Oración por las Vocaciones, Sáenz Centeno contó que su inquietud para ingresar al Seminario “me nació a raíz del testimonio inquebrantable de Monseñor David Zywiec Sidor, obispo santo y misionero incansable en toda la Costa Caribe de Nicaragua”.
Monseñor Zywiec Sidor fue el primer obispo de Siuna, cuando esa Diócesis fue creada en 2017.
“Desde niño le conocí y su entrega de humildad, sacrificio y amor a la Iglesia me provocó el deseo de ser sacerdote. Ya cuando llegué a la edad considerable de poder entrar al Seminario, hablé con mi párroco, el presbítero Emilio Rivas Ayala, de nacionalidad salvadoreña, una vez valorado el caso me envió al Seminario en el año 2015 y fue así que inicié esta bonita aventura con Cristo en la vocación sacerdotal. Pido sus oraciones para que sea buen seminarista y en el futuro no muy largo llegue a ser un buen sacerdote”, escribió Sáenz Centeno.
Este es el mensaje completo del seminarista Alester Sáenz Centeno compartido en Facebook por el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima:
Saludos cordiales amadísimos hermanos.
Soy el seminarista Alester Sáenz Centeno, actualmente curso ll año de Teología y pertenezco a la parroquia Santa Rosa de Lima del municipio de Rosita, Diócesis de Siuna.
Decirles que mi inquietud de entrar al Seminario me nació a raíz del testimonio inquebrantable de Mons. David Zywiec Sidor, Obispo santo y misionero incansable en toda la Costa Caribe de Nicaragua.
Desde niño le conocí y su entrega de humildad, sacrificio y amor a la Iglesia me provocó el deseo de ser sacerdote.
Ya cuando llegué a la edad considerable de poder entrar al Seminario, hablé con mi párroco, el presbítero Emilio Rivas Ayala, de nacionalidad salvadoreña, una vez valorado el caso me envió al Seminario en el año 2015 y fue así que inicié esta bonita aventura con Cristo en la vocación sacerdotal. Pido sus oraciones para que sea buen seminarista y en el futuro no muy largo llegue a ser un buen sacerdote.
A los jóvenes que tengan inquietud vocacional, les animo a dar ese paso importante y se decidan entregar su vida completa al servicio de Jesucristo y su Iglesia.
Dios les bendiga a todos y que María Santísima, custodia de las vocaciones, les cubra con su amor maternal.
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