En un amargo contraste con la celebración del 99 aniversario de la aprobación canónica de la Diócesis de Matagalpa, este 19 de diciembre, las reacciones desde el exilio de sacerdotes y defensores de derechos humanos resaltan el encarcelamiento del obispo de esa jurisdicción eclesiástica, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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Desde su exilio forzado en Estados Unidos, un sacerdote de la Diócesis de Granada consideró que esta celebración debería ser de «jubileo» para miles de feligreses nicaragüenses, sin embargo, está «revestida de tristeza y angustia por la situación que está viviendo la Diócesis de Matagalpa».
«No hay que perder de vista que la Iglesia en Nicaragua está siendo perseguida, pero dónde ha sido más cruel ha sido con la Diócesis de Matagalpa, junto a sus sacerdotes, su obispo y su feligresía», refirió el sacerdote de la Diócesis de Granada, quien además opina que monseñor Álvarez fue dejado solo por los demás sacerdotes, «viviendo así la pasión de Cristo».
Sin embargo, manifestó que el obispo de Matagalpa «es un ejemplo de convicción que no se vende ni se deja doblegar, porque está convencido que hace lo correcto y la presencia de él en Nicaragua es un signo de fortaleza a los católicos, ya que no tiene temor».
Mientras tanto, el sacerdote Rafael Bermúdez, de la Arquidiócesis de Managua y exiliado en Estados Unidos desde 2018, expresó que la Iglesia sigue sobreviviendo y siendo parte del pueblo nicaragüense, «no solo porque es de Jesucristo, sino que los que tratan de seguir a Jesucristo, han aprendido de él».
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Por su parte, el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, manifestó que toda Nicaragua sigue dolida por la situación que atraviesa monseñor Álvarez, «que siendo inocente está preso injustamente por una dictadura criminal».
«Lo más importantes en este momento es nuestras oraciones y cualquier acción que podamos hacer para alzar la voz para exigir la liberación del obispo del pueblo, que lleva más de 500 días encarcelado, siendo maltratado y humillado por una dictadura criminal y cobarde, pero que a pesar de eso sigue firme en su fe y su decisión de doblegarse», agregó McFields.
También refirió que para la dictadura Ortega y Murillo es insostenible tener a un obispo preso «y tan querido por el pueblo nicaragüense, es por eso que estamos seguros de que pronto será libre monseñor Álvarez».
El 10 de febrero de este año, monseñor Álvarez fue sentenciado sin juicio a 26 años y 4 meses de prisión.
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