Durante la octogésima primera (81) Asamblea Anual del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC), desarrollada entre el 27 de noviembre y el 1 de diciembre en Guatemala, obispos de la región emitieron un contundente mensaje, advirtiendo sobre distintos temas, incluyendo “el drama migratorio” y la “proliferación” de “nuevas formas de dictaduras”.
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Los Obispos, inmersos en el espíritu del camino sinodal, enfocaron su atención en las «realidades que ensombrecen los caminos de nuestros pueblos».
Denunciaron el creciente “drama migratorio” que afecta a la región, calificándolo como un «grito no suficientemente escuchado».
Subrayaron la intensificación de este fenómeno en la región y su conexión con el panorama global, destacando las caravanas de jóvenes en busca de empleo, las vidas en peligro debido a la violencia y la vulnerabilidad al cambio climático.
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La Asamblea del Sedac también advirtió sobre la persistente corrupción administrativa y el peligro que representa para la vida democrática en la región.
“El empobrecimiento y grave peligro (de) la vida democrática en la región, con la proliferación de la corrupción administrativa y de nuevas formas de dictaduras que hacen de la ley instrumento de limitación de la justicia, etc. Esto causa fuertes tensiones sociales que amenazan la economía de las regiones y llevan al borde de acciones violentas más intensas”, refiere el mensaje de la Sedac como una de las “realidades que ensombrecen los caminos de nuestros pueblos”.
En este contexto, el mensaje del Sedac apunta que la Iglesia asume un papel crucial, destacando la ineficacia de los programas gubernamentales y llamando a una renovación eclesial para ser la luz, la sal y la levadura del Reino en medio de estas desafiantes circunstancias.
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Además, destaca el papel de iniciativas como REMAM, CLAMOR, OSMECA, entre otras, surgidas para abordar el drama migratorio, y que menciona como ejemplos palpables de la vitalidad creciente del servicio de la Pastoral de la Movilidad Humana.
Los obispos llamaron a la sociedad a vivir la esperanza en Jesucristo durante este tiempo de Adviento, destacando que es necesario descubrir en Él la vida nueva fundamentada en la verdad, la fraternidad, la solidaridad y, sobre todo, en la justicia.
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