Sabas Cruz Castellón, de 44 años y con un pasado homicida y de cárcel, fue asesinado la tarde del domingo 19 de octubre por sujetos todavía sin identificar, en la microrregión de Plan de Grama, municipio de Wiwilí, departamento de Jinotega.
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La Policía llegó al sitio para hacer peritajes y averiguaciones, pero en la unidad departamental de esa institución en Jinotega siguen sin brindar un informe oficial sobre el suceso.
De manera extraoficial trascendió que Cruz Castellón y su pareja Rosa Raquel Sevilla Montenegro, de 29 años, andaban el domingo temprano con una sobrina en Plan de Grama. Ellas fueron a la iglesia evangélica denominada Jesús es mi Refugio, pero él les dijo que iría a la comunidad Los Nogales en Wiwilí de Jinotega, para visitar a unos familiares.
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Cruz Castellón presuntamente consumió licor sin llegar a la embriaguez y más tarde se reencontró con Sevilla y su sobrina, indicándoles que se adelantaría en el camino. Poco después, fue asesinado. Ellas oyeron las detonaciones de al menos tres balazos.
El hombre tenía impactos en ojo, cuello y oreja.
Cruz Castellón estuvo en el Sistema Penitenciario Regional de Waswalí en Matagalpa, pagando dos sentencias dictadas en 2003: una de 8 años de prisión por robo con intimidación en perjuicio de Silvio Hernández Sevilla, Macario Gutiérrez Rayo y Faustino Serrano Bellorín; la otra por 15 años de prisión por el asesinato de Manuel Rodríguez Pérez.
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Ambos expedientes fueron unificados y las penas, que sumaban 23 años, debían ser cumplidas de manera simultánea, porque la pena menor (de 8 años) fue subsumida por la mayor (15 años).
En 2019, cuando había cumplido 12 años, 8 meses y 51 días de efectiva prisión, Cruz Castellón también había conseguido 3194 días, equivalentes a 8 años nueve meses y 4 días, laborados como escogedor de granos básicos la prisión; por lo que un juez de ejecución de sentencias en Jinotega calculó que ambos tiempos sumaban 21 años, 5 meses y 55 días de prisión, considerando extinta la pena de 15 años que debía cumplir.
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