La Secretaría de Estado del Vaticano recibiría este jueves 19 de octubre a los 12 sacerdotes nicaragüenses que un día antes fueron desterrados de su país en lo que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo calificó como «fructíferas conversaciones con la Santa Sede» logrado con “la intercesión de Altas Autoridades de la Iglesia Católica en Nicaragua y en el Vaticano».
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«Puedo confirmar que se ha pedido a la Santa Sede que acoja a 12 sacerdotes de Nicaragua recientemente liberados de la cárcel. La Santa Sede ha aceptado», dijo el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, respondiendo a las preguntas de los periodistas y citado por el medio digital Vatican News.
«Serán recibidos por un funcionario de la Secretaría de Estado por la tarde -continuó Bruni- y alojados en algunas dependencias de la diócesis de Roma», cita Vatican News.
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Los sacerdotes enviados a Roma, Italia, son Manuel Salvador García Rodríguez, José Leonardo Urbina Rodríguez, Jaime Iván Montesinos Sauceda, Fernando Israel Zamora Silva, Osman José Amador Guillén, Julio Ricardo Norori Jiménez, Cristóbal Reynaldo Gadea Velásquez, Álvaro José Toledo Amador, José Iván Centeno Tercero, Pastor Eugenio Rodríguez Benavidez, Yessner Cipriano Pineda Meneses y Ramón Angulo Reyes.
El régimen Ortega Murillo sigue sin liberar a monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, quien este 19 de octubre cumple 441 días en cautiverio, desde que fue sometido a un encierro forzado, inicialmente con otras 11 personas, desde el 4 de agosto de 2022 en la Residencia Episcopal de Matagalpa.
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Dos semanas después, el 19 de agosto, el obispo de Matagalpa fue trasladado a continuar el encierro forzado en su casa en Managua. En tanto, tres sacerdotes, un diácono, dos seminaristas y un reportero gráfico fueron encarcelados en El Chipote, la cárcel de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía en Managua, denunciada por distintos organismos defensores de derechos humanos como un centro de torturas.
El 9 de febrero, el régimen Ortega Murillo desterró a 222 presos políticos y ese mismo día monseñor Álvarez fue enviado a la cárcel La Modelo en Tipitapa. Un día después, fue sentenciado, sin juicio, a 26 años y 4 meses de cárcel.
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