Nicaragua experimenta un crecimiento económico sin obtener un desarrollo palpable para su población, destaca un estudio presentado este 25 de agosto por el Centro de Estudios Transdisciplinarios de Centroamérica (CETCAM).
Le puede interesar: Enfrentará juicio por doble crimen en Matagalpa
El estudio “Crecimiento sin Desarrollo, economía post pandemia y calidad de vida en Nicaragua, 2022-2023”, plantea que “Nicaragua ha crecido en términos macroeconómicos, pero su población presenta el índice de desarrollo humano más bajo de Centroamérica.
Mientras, el crecimiento de la economía para el 2023, según el Banco Central de Nicaragua, podría ser de 3 por ciento, los cálculos del Banco Mundial sitúan el crecimiento económico del país en 2, de las más bajas de Centroamérica, igualando al crecimiento de El Salvador.
También puede leer: Así ha sido castigada la UCA por el régimen Ortega Murillo
Por otro lado, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) citados en el estudio, Nicaragua se sitúa entre los países con el menor Índice de Desarrollo Humano de Centroamérica y el mundo, posicionándose en el puesto 126, de un total de 180. De igual manera, el país se encuentra entre los países de la región con el menor Índice de Progreso Social, situándose en el puesto 108 de 180 naciones.
Asimismo, el Instituto de Paz y Economía posiciona a Nicaragua como el país de Centroamérica con el peor estado de paz, inclusive debajo de Haití.
Todos estos factores se ven reflejados en la fuga de capital social que vive el país desde 2018. Según datos de medios de comunicación y organismos, al menos 600,000 nicaragüenses han salido de su país, un equivalente al 10 por ciento de la población nacional.
Sin embargo, el estudio destaca que “bajo la autocracia sandinista los grandes consorcios empresariales e industriales, continuaron lucrándose del régimen de exenciones y exoneraciones, mientras la clase media es asfixiada y una población numerosa se mantiene en vulnerabilidad económica y social”, no así la paupérrima clase media y clase trabajadora.
Esta situación, según el economista Marco Aurelio Peña, genera en el país un crecimiento económico “excluyente e inequitativo” y empuja a decenas de miles de nicaragüenses al subempleo, catalogado en otros países como desempleo. Además, propicia la expulsión del talento humano y la mano de obra nacional.
“La crisis sociopolítica y de derechos humanos, sumado a una economía sin desarrollo, han herido sensiblemente el tejido social, dando lugar a una hemorragia social que hasta el momento no para”, concluye el estudio. Por su parte, Peña destaca que “el crecimiento económico de un país no necesariamente significa el desarrollo de los individuos”.
Facebook Comments