Funcionarios del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo recientemente realizaron actividades en las que promovían el uso de armas de fuego.
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Los eventos se llevaron a cabo en los municipios de Ciudad Darío, Sébaco, San Isidro y Terrabona, y se denominó Pasarela con Orgullo y Amor Revolucionario.
Alex Aguirre, miembro del Observatorio Nicaragüense para la Libertad Académica (OLANicaragua), asegura que hay una estrategia dirigida, planificada y orquestada desde El Carmen para instrumentalizar el sistema educativo nacional desde prescolar hasta el nivel universitario.
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“Utilizan herramientas de terror, de miedo y de adoctrinamiento, no solamente hemos visto a niños con armas dramatizando actos paramilitares, sino que también en el interior de las universidades hay paramilitares que trabajan como agentes de seguridad, hay amenazas y control extracurricular para los alumnos y profesores”, señaló Aguirre.
Asimismo, consideró que con esto el régimen está violentando sistemáticamente el marco jurídico nacional, irrumpiendo completamente con el objetivo constitucional del derecho a la educación.
Por su parte del profesor Gabriel Putoy, de la Unidad Sindical Magisterial, manifestó que este tipo de prácticas afecta tanto a estudiantes como a la sociedad en general, debido a que promueven el uso de las armas y la violencia en general.
“Lo que están promoviendo es la violencia, no promueven el uso del dialogo y la paz que tanto pregonan, sino este tipo de actividades para hacer una moda entre los estudiantes, y son actos abominables y condenables y pedimos a los padres de familia que no permitan que sus hijos participen en este tipo de actos que atentan contra la dignidad, la buena vida, la moral”, dijo Putoy.
Según un especialista en temas de seguridad consultado, esta problemática se intensificó en 2018, aunque ya desde antes “el régimen de los Ortega-Murillo ha promovido el uso indebido de armas de fuego en manos de civiles.
Eso ha pasado desde permitir el uso y portación de armas de fabricación artesanal por parte de los grupos de choque antes de 2018, hasta el uso de armas de guerra y libre circulación de estas en manos de los grupos paramilitares en 2018 y los años subsiguientes”, comentó.
De manera que el propio Estado se convierte en un promotor de la cultura de violencia, incentivando la libre circulación de armas y la desregulación de estas, el paramilitarismo.
Además, el experto destaca que “ha borrado de un plumazo todo el trabajo que diversas organizaciones sociales han hecho desde hace varias décadas para disminuir la cantidad de casos de violencia por armas de fuego”.
Eso sienta un precedente nefasto sobre todo para las generaciones jóvenes y la niñez en el país, ya que “contradice los discursos gubernamentales que hablan retóricamente de una cultura de paz e incentiva actitudes y comportamientos que justifican causar daño letal a otras personas”, pero, por otro lado, evidencia el debilitamiento que el sistema educativo nacional afronta, al sustituirse por adoctrinamiento político de corte beligerante.
Alex Aguirre, en tanto, destacó que los niveles de la calidad de la educación han bajado desde los últimos 5 años según se evidencia en el último estudio realizado por UNESCO sobre la educación en la región, donde el país retrocedió dos puntos porcentuales en materia educativa, mientras que el resto de los países avanzan.
“En Nicaragua se ha confiscado la libertad académica, porque actualmente no hay ninguna educación superior, o incluso, cualquiera de los subsistemas, que pueda pasar fuera del control de la dictadura sandinista” recalca.
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