El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más consideró que la última escalada del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en contra de la Iglesia Católica nicaragüense es una “persecución sin límites” con el propósito dar “un golpe definitivo a la libertad religiosa” en el país.
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“El congelamiento de las cuentas bancarias y acusación de lavado de dinero de diócesis pertenecientes a la Iglesia Católica de Nicaragua es una guerra que el régimen inició desde 2018 cuando agredió a obispos y sacerdotes que acompañaron en manifestaciones al pueblo, que desde entonces busca justicia y libertad, pero que fueron reprimidas por policías y paramilitares”, asegura un comunicado del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más.
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De igual manera, el Colectivo recordó que durante estos cinco años la represión ha evolucionado al punto que las personas religiosas y la feligresía han sufrido hostigamientos, agresiones, y desplazamientos forzados, incluyendo ataques y daños a templos, confiscaciones y las privaciones arbitrarias de la libertad de los sacerdotes Pastor Rodríguez, Leonardo Guevara y Jaime Montesinos, así como las condenas del obispo Rolando José Álvarez Lagos y los presbíteros Leonardo Urbina y Manuel García.
“El régimen ha convertido a Nicaragua en un estado totalitario en donde a toda costa quiere de forma absoluta controlar los espacios democráticos y cualquier expresión cívica, incluyendo la religión, para asegurarse como la dictadura que es. Condenamos la jornada represiva y persecución contra la población y la Iglesia Católica, en un estado de excepción ejecutado por la Policía y otras instituciones del estado que violentan los derechos humanos, entre ellos la libertad religiosa”, señala el comunicado.
Este 27 de mayo la Policía al servicio del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo señaló a través de un comunicado a la Iglesia Católica de Nicaragua por supuesto “lavado de dinero”.
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