Ordenación sacerdotal ofrecida a la Diócesis de Matagalpa

Como lo adelantamos, el diácono Raúl Antonio Vega González, desterrado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo el pasado 9 de febrero junto a 221 presos políticos, será ordenado sacerdote el próximo 12 de mayo en la Concatedral Santo Tomás Moro de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee, la capital de Florida, al sur de Estados Unidos.

Mosaico CSI
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Diácono Raúl Antonio Vega, de la Diócesis de Matagalpa. © MOSAICO CSI | Cortesía

La ordenación sacerdotal del aun diácono Raúl Antonio Vega González, uno de los más de 300 nicaragüenses despojados de nacionalidad y desterrados por el régimen de Daniel Ortega, prevista para este 12 de mayo, será ofrecida por Nicaragua y particularmente por la Diócesis de Matagalpa, anunció el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez.

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Báez, como cada domingo, presidió la misa del mediodía en la Parroquia Santa Agatha, en Miami, Florida, donde anunció la próxima ordenación sacerdotal del diácono Vega como “un regalo del Señor” y esta será concelebrada por el obispo de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee, monseñor William Albert Wack, en la Concatedral Tomás Moro.

Vega fue parte del grupo que, junto al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, estuvo forzado en un encierro de dos semanas –entre el 4 y el 19 de agosto de 2022– en la Residencia Episcopal de Matagalpa, hasta que fue encarcelado por más de 5 meses en El Chipote, la tenebrosa cárcel policial en Managua.

Emocionado y con voz entrecortada, monseñor Báez recordó a los asistentes que el diácono Vega es uno de los 222 presos políticos desterrados el 9 de febrero y que es originario de “la Diócesis que la dictadura Ortega Murillo ha querido destruir”.

“El Señor en el exilio hace surgir un nuevo sacerdote de la Diócesis de Rolando. Si hay un momento que es emocionante para un obispo, es ordenar a un sacerdote, pero, en este caso, la emoción es doble, porque es imposible no recordar a mi hermano Rolando que está preso, y junto con Raúl queremos ofrecer esta ordenación a Nicaragua y a la Diócesis de Matagalpa”, dijo Báez, mientras los feligreses aplaudieron.

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El obispo anunció también que la madre del diácono podrá estar en la ordenación. Ella no lo ve desde que él estuvo en la cárcel.

Vega había sido sentenciado a 10 años de prisión y 800 días multa junto a 3 sacerdotes, 2 seminaristas y 1 reportero gráfico de la Diócesis de Matagalpa, por falsos cargos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la comunicación y la información.

“Para todos lo que estamos fuera de nuestra patria de origen, especialmente para Nicaragua, la ordenación sacerdotal de Raúl es un regalo de Señor que nos dice yo estoy con ustedes, yo estoy donde está mi pueblo. Fíjense, lejos de su Patria, sufriendo tanto, con un futuro incierto, con un país que cae a pedazos, les regalo un sacerdote en el exilio y ordenado por un obispo exiliado también”, dijo Báez, a quien también el régimen despojó de la nacionalidad el pasado 15 de febrero.

Antes, como cada domingo, al comenzar la misa, monseñor Báez recordó y pidió oraciones por el obispo Álvarez, describiéndolo como un hombre de Dios que siempre ha estado al lado del pueblo más débil, más sufrido, el pueblo oprimido y olvidado, con una palabra espiritual e inteligente, pero crítica contra los poderes malignos de este mundo, “por eso está en la cárcel, perseguido como los primeros cristianos, sucesor de los apóstoles. (..) Le pido al Señor que a Rolando le dé su salud en esa oscura celda donde está, le de fortaleza, sabiduría y esperanza, que muy pronto puede estar en medio de nosotros”.

Báez también anunció que el próximo domingo concelebrará misa en la parroquia Santa María del Lago en Chicago, Illinois, que es donde está el padre Erick Díaz, de la Diócesis de Matagalpa.

“Voy a estar como pastor para llevar esperanza de parte del señor, luz, alegría, la fortaleza que solo Cristo puede dar, eso es lo que quiero compartir con los nicaragüenses que lleguen, abrazarlos y dejarlos que me abracen, reír con ellos (…) Voy como obispo y humilde pastor para consolar, iluminar, fortalecer y dar esperanza, para que todos nos sintamos fuertes y que está por amanecer y que la liberación está por llegar”, dijo Báez.

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