33 años han pasado desde que el Siervo de Dios, Fray Odorico D’Andrea, falleció de un infarto en la ciudad de Matagalpa. Hay un proceso de canonización en El Vaticano, pero, para los habitantes de San Rafael del Norte, en el departamento de Jinotega, así como para miles de fieles en toda Nicaragua, él religioso de origen italiano ya es un santo.
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En San Rafael del Norte, en lugar de saludar con un “buenos días”, lo habitual es decir: “Alabado sea Dios”, y la otra persona responde:“Así sea”, un saludo que dejó instaurado el fraile que llegó al municipio en febrero de 1954, y llevó además de bienestar espiritual, bienestar material.
Información que se encuentra en las redes sociales del Santuario de El Tepeyac, una de las obras insignes del religioso franciscano, señala que el ministerio pastoral de Fray Odorico fue desarrollado bajo el lema: “Por el Sagrado Corazón de Jesús caminar hacia la santidad, y con ello plasmó cuatro propósitos pastorales: 1) renovar todo en Cristo; 2) difundir el saludo “Alabado sea Dios, así sea”; 3) infundir en todo el pueblo un amor grande y confianza sin límites en la Divina Providencia y en la Santa Eucaristía mediante la comunión frecuente; 4) infundir una confianza grande en la Santísima Virgen María”.
Entre las obras que realizó el padre Odórico por el bien de toda la comunidad están la construcción de templos, capillas, proyecto de electrificación, agua potable, construcción de escuelas, centro de salud, construcción de carreteras, incluso casas para personas de escasos recursos.
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Fray Odórico D’Andrea falleció al mediodía del 22 de marzo de 1990 en el convento de la Iglesia San José en la ciudad de Matagalpa.
En el documental titulado “Odorico Hazte Santo”, el doctor Alfonso Valdez, doctor de cabecera del padre Odorico, dijo que sus últimas palabras fueron: “Mi vida se la dediqué al Señor por la Paz de Nicaragua, aquí no vuelve a haber guerra”.
Dos años antes de su fallecimiento (3 de mayo de 1988) el padre Odórico celebró una Eucaristía en una comunidad llamada “La Naranja”, y mientras rezaba el Padre Nuestro, con megáfono en mano, hizo posible que militares sandinistas y contras se dieran un saludo de paz, una acción jamás imaginada en ese momento.
Camino a la santidad de Fray Odorico
El 13 de junio de 2002 inició la causa de canonización de Fray Odorico. Monseñor Leopoldo José Brenes Solórzano, entonces obispo de Matagalpa (actualmente cardenal y arzobispo de Managua), dio entonces su consentimiento para que dicha causa fuese abierta, ya que según la norma eclesiástica, es el obispo de la diócesis donde el postulado fallece quien debe dar su autorización.
El entonces Papa, San Juan Pablo II, en el 2002 lo proclamó Siervo de Dios. Ese año la Congregación para las causas de los Santos otorgó el Nihil obstat (nada se opone). Este Decreto es la respuesta oficial de la Santa Sede a las autoridades diocesanas que han pedido iniciar el proceso canónico.
La causa de canonización fue abierta en la diócesis de Asís en Italia, sin embargo, en el 2008, el obispo de Jinotega, monseñor Carlos Enrique Herrera, solicitó el traslado de la causa, la cual fue autorizada.
En marzo del 2022 recién pasado informaron que la etapa diocesana, que es la primera parte del proceso de canonización del religioso franciscano, había finalizado y que la documentación ya está en Roma; sin embargo, en octubre, el Dicasterio de las Causas de los Santos solicitó algunas aclaraciones y una vez que fueran aclaradas las interrogantes la Congregación para la Causa de los Santos posiblemente publicará el decreto de validez jurídica del proceso informativo, que constituye la segunda etapa del proceso de Beatificación y Canonización, que estará, exclusivamente, a cargo del Dicasterio para la Causa de los Santos en Roma.
Cuerpo incorrupto
En las redes sociales de la Diócesis de Jinotega narran cómo 16 años después del fallecimiento de Fray Odorico su cuerpo fue exhumado y encontrado incorrupto, a pesar de que el día de su funeral había entrado ya en un proceso de descomposición, “ante los ojos de la ciencia: Imparable, pero para Dios: No imposible”.

“Luego de llevar solemnemente sus restos al Salón de El Tepeyac, se procedió ante un número pequeño de sacerdotes, autoridades venidas desde Roma, religiosos y religiosas, médicos forenses, abogados y notarios al reconocimiento del cuerpo, al momento de levantar la tapa, para sorpresa y bendición de todos, el Padre estaba intacto, únicamente cubierto por un velo blanco en un proceso llamado Saponificación en el cual la grasa preserva el tejido de esta manera. Los científicos que participaron han dado su testimonio en muchas ocasiones, atribuyendo este suceso a una experiencia que marcará el resto de sus vidas”, dice el relato.
El padre Odórico D Andrea nació el 05 de marzo de 1916 en la ciudad Montorio al Vomano, provincia de Téramo en Italia. Sus padres le nombraron José D’Andrea Valeri.
Ingresó adolescente al Seminario Menor Franciscano en 1930 y tres años después, en el noviciado en la localidad de Amelia, adoptó el nombre de Odorico. Fue ordenado sacerdote el 25 de abril de 1942 y trasladado a Nicaragua en 1953, primero estuvo en Matagalpa durante unos meses y luego fue enviado a San Rafael del Norte, donde permaneció hasta su fallecimiento.
Milagros atribuidos a Fray Odorico
Uno de los milagros atribuidos a Fray Odorico fue el nacimiento de Moisés David, un niño que vivió solo 11 años, pero que antes de su nacimiento los médicos pronosticaban que sería “como vegetal” y, si acaso, solo viviría cinco días como máximo, por hidrocefalia y otros problemas. Los médicos sugirieron a la madre que abortara; pero, ella, una matagalpina aferrada a su fe, lo encomendó al Padre Odorico, mientras sostenía en sus manos una estampa con la imagen del religioso franciscano, explicaba a Mosaico CSI el fraile Damián Muratori, vicepostulador de la Causa de Canonización.

El niño vivió durante 11 años, un niño alegre, con muchas energías y el primero en su clase. El nacimiento de Moisés David fue examinado en profundidad por una comisión médica integrada por nueve especialistas en distintas materias médicas, quienes concluyeron que se trataba de un evento “extraordinario” e inexplicable.
Un reportaje publicado en Mosaico CSI en 2021 relata otras situaciones hechos que relacionan al padre Odorico con hechos inexplicables. Cristian Tomás Herrera Flores, hijo de Tomás Herrera, quien fue sacristán y conductor en El Tepeyac, dijo haber presenciado al menos tres acontecimientos: uno en 1984, cuando el Padre Odorico pudo compartir alimentos con muchas más personas que las previstas en la comunidad Sisle; otra cuando el sacerdote italiano estaba sin recursos y encomendándose a la Divina Providencia recibió un importante donativo para pagar a quienes construían la iglesia de San Marcos; y el tercero en El Tepeyac, cuando el primer obispo de Jinotega, monseñor Pedro Lisímaco Vílchez, olvidó las llaves adentro de un vehículo. “El Padre Odorico dio tres golpes al carro, abrió y monseñor se pudo ir”.
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