El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, dijo estar muy preocupado por el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, señalando que “se encuentra desaparecido por la dictadura sandinista de (Daniel) Ortega y (Rosario) Murillo en Nicaragua”.
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“No sabemos dónde está monseñor Rolando y no sabemos en qué situación está”, expresó monseñor Báez al iniciar la misa de este domingo 12 de marzo, III Domingo de Cuaresma, en la Iglesia Santa Agatha en Miami, Florida, Estados Unidos.
El obispo auxiliar de Managua agregó: “He pedido en las redes a la Iglesia del mundo entero que alce su voz en oración y en denuncia por Rolando, les confieso que estoy muy preocupado por mi hermano, y lo digo en público, sobre todo por los últimos acontecimientos que han ocurrido. Hoy les pido que ofrezcamos la misa por él, un sucesor de los apóstoles, un hombre justo, es inocente, un profeta de Dios, merece estar en medio de su pueblo y su pueblo merece tener a su pastor”.
El 10 de febrero reciente, monseñor Álvarez fue sentenciado sin juicio a 26 años y 4 meses de prisión más 210 días multa por falsos cargos de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüenses».
Monseñor Báez también pidió unirse en acción de gracia porque este lunes 13 de marzo se cumple el décimo aniversario de pontificado del Papa Francisco. “Especialmente los nicaragüenses en este momento le agradecemos su voz valiente, su voz de profeta, que ha llamado a la dictadura sandinista de Nicaragua como lo que son: hitlerianos, comunistas, desquiciados y guarangos como dicen en Argentina”.
No seremos libres mientras llevemos al Faraón por dentro
Más adelante, en la homilía, monseñor Báez disertó sobre el pasaje del Éxodo en el que Dios liberó a los israelitas de la esclavitud de Egipto, pero al sentir sed tuvieron miedo de morir y protestaron contra Moisés en el desierto. “Lo que vivió Israel en el desierto le ocurre también les ocurre a los pueblos que luchan por liberarse de la opresión”, señaló monseñor Báez.
Agregó que “no es fácil emprender la marcha de la libertad, no es cómodo caminar en el desierto. Tarde o temprano surgen las dificultades, emergen los miedos, perdemos la perspectiva de la meta de la nueva sociedad con la que soñamos, podemos sentirnos confundidos, comenzamos a enfrentarnos entre nosotros y hasta llegamos a pensar que todo ha sido inútil”.
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A criterio de monseñor Báez, igual que Moisés, muchos de nuestros líderes que son creyentes deberían saber orar e interceder por el pueblo, dispuestos a dejarse iluminar por Dios para guiar y servir a la gente.
También llamó a dejar de ser esclavos incluso después de liberarse del opresor para no seguir reproduciendo las mismas estructuras opresoras.
“¿No es este el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón? ¿No había quedado atrás el Faraón, uno de los ‘guarangos’ tiranos de la antigüedad, precursor de los tiranos ‘guarangos’ y criminales de hoy? Egipto y el Faraón habían quedado atrás, pero los israelitas seguían siendo esclavos por dentro, llevaban la violencia en su interior. Sin darse cuenta habían aprendido del Faraón. Todavía eran esclavos. Querían matar a Moisés. No hay liberación social auténtica cuando reproducimos las antiguas estructuras opresoras… Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar (Papa ante el Congreso de Estados Unidos, 2015)”, advirtió el religioso.
Monseñor Báez también exhortó a los feligreses a ser responsables desde ahora, porque “no hay libertad sin responsabilidad. Cuando se pide libertad hay que tener claro que también se pide responsabilidad. Nunca seremos libres si somos esclavos de ambiciones, mentiras, rivalidades y agresividad. Hay que ser responsables. No seremos libres, mientras llevemos al Faraón por dentro”.
El obispo Báez instó a los auténticos líderes a ser como Moisés, y nunca tirar piedras, aunque sí están dispuestos a recibir pedradas.
“Un buen líder no se molesta ante la crítica, no restringe nunca las libertades para evitar ser criticado, tampoco reprime ni toma represalias ni obliga a que todos piensen y se expresen igual, el auténtico líder nunca actúa contra quienes piensan y se expresan con libertad y en modo diferente”, dijo.
Monseñor Báez agregó que un líder auténtico aún en los momentos difíciles sigue al lado del pueblo, escuchándolo, caminando con él y sufriendo con él e instó a no desfallecer, “no nos dejemos vencer por las dificultades. Hay que golpear la roca de la historia buscando el bien común y brotará la justicia; hay que golpear la roca de las divisiones inútiles con el diálogo humilde y brotará la unidad; hay que golpear la roca del desánimo y los miedos con confianza en Dios y brotará la fuerza y la esperanza”.
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