“Volveremos pronto”, afirmó el padre Sadiel Antonio Eugarrios Cano en sus redes sociales, agradeciendo a Dios por haber terminado un cautiverio de seis meses y a todos los que estuvieron pendientes de él y los demás sacerdotes, diácono, seminaristas y laicos de la Diócesis de Matagalpa, encarcelados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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“Quiero agradecer profundamente al Señor por el regalo maravilloso que me ha concedido de celebrar la Santa Eucaristía después de 6 meses de no hacerlo. Gracias a las personas que estuvieron pendientes de nosotros. Nos fortalecieron todas las oraciones de cada uno de ustedes”, escribió el padre Sadiel en sus redes sociales.
El padre Sadiel fue uno de los 222 nicaragüenses desterrados el 9 de febrero reciente por el régimen de Nicaragua que, además, los declaró “traidores a la patria” y supuestamente les quitó la nacionalidad en virtud de una propuesta de reforma constitucional que debe ser aprobada en dos legislaturas.
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“Ah, se me olvidaba decirles: yo sigo siendo nicaragüense; monseñor Pablo Vega dijo una vez: ¡Una Patria no se da, ni se quita, se lleva dentro! Y les juro que, a Nicaragua entera, principalmente, y todos los matigüaseños me los traje en el corazón”, añadió el sacerdote.
Agregó: «Volveremos pronto». ¡No dejemos de orar por nuestro obispo monseñor Rolando Álvarez y el resto de los presos políticos… Ave María Purísima!”.
Monseñor Álvarez se negó a ser desterrado. En una rápida venganza, sin juicio, el régimen lo sentenció a 26 años y 4 meses de prisión.
El padre Sadiel tiene 35 años. Los cumplió el 12 de diciembre, mientras estaba preso. Es originario del municipio de Matiguás, Matagalpa y monseñor Álvarez lo ordenó sacerdote el 24 de noviembre de 2018 y desde octubre de 2019 fue el primer vicario de la catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, luego también estuvo a cargo del Santuario Diocesano del Divino Niño en la comunidad Fuente Pura, al norte de Matagalpa.
En junio de 2022, monseñor Álvarez nombró primer vicario de la catedral al padre José Luis Díaz, porque el padre Sadiel tenía que viajar a Roma para especializarse en Historia de la Iglesia. El plan de estudios, por tres años, lo iniciaría en septiembre, pero él viajaría antes.
Sin embargo, el 4 de agosto de 2022, fue tenebroso para la Diócesis de Matagalpa: el obispo Álvarez junto a otras 11 personas, incluyendo a los padres Sadiel y José Luis, además de los también sacerdotes Óscar Escoto y Ramiro Tijerino, el diácono Raúl Vega, dos seminaristas y 4 laicos, fueron encerrados por la Policía en la Residencia Episcopal de Matagalpa.
En días distintos y presionando a familiares, la Policía sacó del edificio a 3 laicos. Mientras que el 19 de agosto, en un operativo a las 3:00 de la madrugada –horario ilegal– policías con fusiles equipados con mira láser, irrumpieron en el edificio. Al padre Óscar Escoto, vicario general, lo dejaron para “hacerse cargo”, según un comunicado policial.
Al obispo lo llevaron a su casa en Managua, donde estuvo aislado, mientras que a los padres Sadiel, José Luis y Ramiro, al diácono Vega, a los seminaristas Darvin Leiva y Melkin Centeno, y al reportero gráfico Sergio Cárdenas, los llevaron al Chipote, la cárcel de la Policía. Les abrieron supuestos procesos judiciales, secretos, anómalos. Los sentenciaron y luego los desterraron.
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