Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, fue enviado a la cárcel La Modelo en Tipitapa, Managua, confirmó Daniel Ortega, después de que el jerarca católico presuntamente se negó a abordar el avión en el que fueron desterrados 222 presos políticos, este jueves 9 de febrero.
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En un mensaje transmitido por medios oficialistas, Ortega se refirió al obispo como “el personaje” y despotricó contra el jerarca católico, asegurando que “está desquiciado”, porque considera que el obispo de Matagalpa “quiere ocupar el cargo de Papa” de la Iglesia Católica. Incluso sugirió que sea atendido médicamente.
Ortega aseguró que el destierro de los presos políticos “no es un trueque”, con Estados Unidos, país al que acusó de utilizarlos “para sembrar el terror, la muerte, aquí en Nicaragua”.
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Ortega calificó el destierro de los presos políticos como un hecho “sorprendente”. Admitió que ninguno de ellos sabía hacia dónde los trasladaban, generando distintas especulaciones.

Aseguró también que la lista original incluía a 228 presos, pero que Estados Unidos supuestamente se negó a recibir a Eliseo de Jesús Castro Baltodano, Walder Antonio Ruiz Rivera, el abogado José Manuel Urbina Lara y Jaime Enrique Navarrete Blandón.
Mientras que monseñor Álvarez, así como Fanor Alejandro Ramos “se negaron a subir las gradas del avión”.
En su relato, Ortega dijo que monseñor Álvarez primero exigió reunirse con los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y luego que se bajaran los sacerdotes que ya habían abordado.
“Si lo que hay es una decisión del Estado de Nicaragua”, afirmó Ortega, señalando que uno de los puntos acordados era que Estados Unidos no recibiría a quien no quisiera irse voluntariamente.
“Vuelta para atrás”, dijo Ortega, confirmando que el obispo Álvarez fue enviado a La Modelo, después de que, según él, habían tratado “de una manera increíble” al obispo de Matagalpa.
“Ahora está en cárcel Modelo, si él es un hombre común y corriente. El hábito no hace al monje, bien lo sabemos… y ahí lo que tenemos son comportamientos de soberbia de quien se considera ya el jefe de la Iglesia de Nicaragua, el líder de la Iglesia latinoamericana y está a punto de pensar en optar a ocupar el cargo de su santidad el Papa. Sí, está desquiciado”, dijo Ortega, añadiendo que “eso tendrán que determinarlo ya las autoridades judiciales que están lógicamente a fondo ya con este caso de este señor (Álvarez) y las autoridades médicas que tendrán que también que atenderlo, porque ahora que llegó a La Modelo, llegó que era un energúmeno, no tiene el coraje, no puede tener el coraje de Cristo que aguantó los azotes, que soportó la crucifixión. No acepta ni siquiera que lo metan a una celda donde hay centenares de presos».
Ortega dijo que monseñor Álvarez estaba “en una mansión” en la que supuestamente “le hacían comidas especiales todos los días, todos los días llegaban los médicos dos veces al día, llegaban las hermanas a cocinarle… y ahora está irritado porque ahora sí está en la prisión”.
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