Como una “expresión de la infamia”, calificó Juan Carlos Arce, del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, el proceso abierto en contra del obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez Lagos.
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Arce consideró que el proceso contra el obispo Álvarez, además de arbitrario “es un proceso carente de legalidad, es un proceso marcado por la desinformación y por las inconsistencias”.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo acusa al obispo de Matagalpa por los supuestos delitos de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de las tecnologías de la información y la comunicación en perjuicio del Estado y la sociedad nicaragüenses».
Sin embargo, sigue sin trascender cuál es la relación de hechos que la Fiscalía sostendrá en el juicio que el jerarca católico enfrentará en una fecha todavía sin definir, con los elementos “probatorios” que una juez admitió en la audiencia inicial realizada a puertas cerradas este martes 10 de enero en Managua.
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“En un proceso normal, en un país democrático, vos podrías contar con el libelo acusatorio, con las evidencias para poder elaborar una defensa a la persona que está siendo acusada, es decir, las personas acusadas, en un proceso con las garantías judiciales, deberían de contar con una defensa adecuada. No es el caso. El obispo Álvarez incluso estuvo en una situación de desaparición temporal, que es un delito grave… pero esa es la figura en la que estuvo el obispo Álvarez hasta que supimos de la acusación y de la audiencia inicial”, apuntó Arce.
Para el defensor de derechos humanos, el proceso contra el obispo deja en evidencia también la “instrumentalización total” del Poder Judicial.
“La acusación al obispo Álvarez es la expresión total de un Poder Judicial en ruinas, completamente en ruinas, totalmente sometido a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, es sin duda uno de los juicios más bochornosos, incluso, seguramente este proceso judicial contra Álvarez formará parte en la historia del Poder Judicial como una mancha inmensa en ese Poder Judicial que tendremos que reconstruir en su momento, porque está totalmente en ruinas”, dijo Arce.
Agregó que es también “la expresión de la infamia, es la expresión de la persecución a la iglesia, es la expresión de la arbitrariedad total contra la población y en este caso específico contra la iglesia católica de Nicaragua”.
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