“Por favor, no se olviden de nuestro obispo”, fue la exhortación de monseñor Róger García Castillo, Capellán del Papa Francisco, al recordar al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, durante la misa de Nochebuena en la Parroquia San Felipe Apóstol-Molagüina, el más antiguo templo católico de la ciudad de Matagalpa, la noche de este 24 de diciembre.
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Después del pregón navideño, monseñor García ofreció la misa por monseñor Álvarez, quien lleva más de 4 meses cautivo, así como por los sacerdotes y laicos encarcelados y enjuiciados en Nicaragua.
“No podemos nosotros despojarnos de la mente y del corazón a nuestro obispo, de nuestros sacerdotes, de los laicos, de las personas que han compartido con nosotros. Seríamos muy crueles si dejáramos de un lado, si tratáramos de olvidar: ‘bueno, ahí que se las arreglen’. No sé cuántas cosas pueden pasar o suceder, pero en el caso de su servidor, yo no puedo. Sinceramente no puedo. Me hace falta”, dijo monseñor García, con voz quebrantada y por lo que los asistentes le aplaudieron.
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“Me hace falta”, continuó el Capellán del Papa, explicando que él se ha llevado bien con todos los obispos que ha tenido Matagalpa, incluyendo al actual cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, arzobispo de Managua, y al obispo de Granda, monseñor Jorge Solórzano Pérez, antecesores de monseñor Álvarez en la Diócesis de Matagalpa.
Sin embargo, con monseñor Álvarez “no sé, parecíamos chiquillos, siempre él daba bromas, alguna cosita, algún detalle de él para conmigo, de mi para él… teníamos esa cercanía”.
Al final de la misa, el Capellán del Papa comentó que en un programa del que no dio detalles, escuchó que supuestamente “están pidiendo” a los sacerdotes y obispos que dejen de mencionar a monseñor Álvarez.
Pero, “eso es el colmo. ¿cómo va uno a olvidarse de su obispo, de su pastor?”, cuestionó el religioso, indicando que no se pueden olvidar de los sacerdotes “ni de los muchachos que también están viviendo este martirio, este sufrimiento”.
“No tenemos que ser padres desalmados, sin alma, sin sentimientos”, afirmó el Capellán del Papa, indicando a los fieles que “hay que orar por Nicaragua, por el mundo”, y a ser fieles a Dios y al prójimo. “Por favor no se olviden de nuestro obispo”, dijo.
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