En las cuestionadas votaciones del 6 de noviembre reciente, el Frente Sandinista de Liberación Nacional se adjudicó las 153 alcaldías del país. A la ex alcaldesa de Wiwilí, en el departamento de Jinotega, Reyna Esmeralda Hernández Mairena, esos resultados en nada la sorprendieron.
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Hernández fue electa alcaldesa de Wiwilí en 2017 bajo la bandera del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), pero, en 2020 fue despojada del cargo e inhabilitada por dos años para ejercer cargos públicos, a través de un proceso laboral.
“El Frente había querido quedarse con la mayoría (de alcaldías), ahora las tiene en su totalidad. Eso lo esperábamos desde el momento en que no da lugar a que la gente participe”, dice Hernández desde el exilio, agregando que ella está siempre en contacto con la gente del municipio y sabe que ni siquiera todos los sandinistas salieron a votar, y acusa que también realizaron maniobras como el recorte de Centros de Votación y la vieja técnica del “ratón loco”.
“Esas alcaldías no es que las ganaron, se las asignaron, ni ellos mismos salieron a votar, pero ya se las adjudicaron”, dice la lideresa de Wiwilí.
En el 2020 Hernández fue demandada por 36 extrabajadores de la Alcaldía de Wiwilí por un pago de 16.5 millones de córdobas, cantidad que la alcaldesa dijo no tener y proponía un plazo de tres meses para cancelar, pero una juez la declaró culpable de “desobediencia de autoridad, funcionario o empleado público” por no haber hecho los pagos y la inhabilitó de su cargo por un período de 2 años.
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El vicealcalde Manuel Blandón asumió el cargo, pero corrió con la misma suerte que Hernández y también fue inhabilitado del cargo y el FSLN nombró a la concejal Helen Toruño como alcaldesa y como vicealcalde a Miguel Guerrero.
Después del despojo, la demanda laboral se terminó y la juez laboral, que antes había embargado las cuentas de la Alcaldía de Wiwilí, levantó el embargo.
En julio de este año en Jinotega también fueron despojados de manera arbitraria de sus cargos los alcaldes de El Cuá, Santa María de Pantasma y San Sebastián de Yalí.
“Nadie ha querido salir a votar, los votos que salieron no sé de dónde los sacaron, pero la gente no salió a votar, ni del Frente salieron, menos de nosotros. La gente tiene desconfianza por el despojo que nos hicieron, nosotros ganamos (2017) limpiamente, hasta con sangre, porque nos mataron a un fiscal”, dice Hernández.
Urnas Abiertas, un organismo independiente de monitoreo electoral, afirmó que el abstencionismo durante las elecciones municipales en Nicaragua el pasado seis de noviembre fue del 82.67 por ciento.
En los informes que ha presentado el CSE no se ha referido al cálculo de la participación ciudadana.
La presidente del Poder Electoral solo hizo mención a que en los 3,106 Centros de Votación “se vio y se destacó esa participación protagónica del pueblo de Nicaragua”.
Hernández no pierde la esperanza de regresar a su municipio y afirma estar en contacto con su pueblo.
“Si la gente lo pide, estoy dispuesta a regresar a mi pueblo, hay que esperar, hay que ver cómo va en estos cinco años, estoy organizando mi municipio y vamos a seguir en la lucha”, dijo.
No obstante Hernández manifiesta que se está organizando, pero no como miembro del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), porque la gente no confía en ese partido.
“Tendremos que reagruparnos y buscar otra salida, no nos van a dar lugar a un nuevo partido, pero si hay lugar, estamos organizando la unidad liberal, liberales sin apellido”, recalca Hernández, agregando que para poder regresar al país lo primero que se debe tener en cuenta “es el respeto a los derechos humanos de todos los nicaragüenses para poder regresar a nuestra patria”.
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