La juez Nalia Nadezhda Úbeda Obando, titular del Juzgado Quinto de Distrito de lo Penal de Audiencias de Managua, admitió una acusación cuestionada por ambigua y carente de requisitos, en contra de tres sacerdotes, un diácono, dos seminaristas y un reportero gráfico colaborador de la Diócesis de Matagalpa, señalados del supuesto delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de tecnologías de la información y la comunicación, en perjuicio de la sociedad y Estado de Nicaragua.
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Además, la juez declaró la “tramitación compleja” del proceso porque, según la Fiscalía, la Policía “continúa realizando actos de investigación encaminados a descubrir todas las actividades ilícitas, así como todos los posibles miembros de una organización delictiva conexa” a la acusación contra los sacerdotes, diácono y camarógrafo.
La Fiscalía señala que están esperando “la conclusión de actos de investigación tales como informe de redes sociales, siendo idóneos y necesarios los efectos de la tramitación compleja en relación a la cantidad, complejidad y tecnicismo de la prueba a evacuar en un posible juicio oral y público” en contra de los acusados.
La juez Úbeda deja claro que la declaratoria de tramitación compleja también podría tener efectos en que la medida cautelar de prisión preventiva que impuso, podrá extenderse hasta por un plazo de 12 meses, aunque también podría ser revocada antes.
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Los acusados son los sacerdotes Ramiro Reynaldo Tijerino Chávez, de 50 años, Sadiel Antonio Eugarrios Cano, de 35; y José Luis Díaz Cruz, de 33; además del diácono Raúl Antonio Vega González, de 27; los seminaristas Darvin Esteylin Leiva Mendoza, de 19 y Melkin Antonio Centeno Sequeira, de 23; y el reportero gráfico Sergio José Cárdenas Flores, de 32, quienes este 4 de octubre cumplieron dos meses en cautiverio.
Ellos estuvieron con monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa, en un encierro forzado al cual los sometió la Policía durante 15 días en la Residencia episcopal de Matagalpa y posteriormente los trasladaron a El Chipote, la tenebrosa cárcel de la Policía en Managua.
Los sacerdotes, diácono y laico fueron “representados” por la Defensoría Pública y enfrentaron la audiencia preliminar del proceso el pasado 21 de septiembre.
Los defensores públicos alegaron falta de claridad y precisión en la acusación, así como la falta de especificación de los hechos y la participación de los acusados, pidiendo medidas diferentes a la prisión preventiva.
Sin embargo, la juez programó la audiencia inicial para el 7 de octubre próximo.
Igual que ellos, monseñor Álvarez, quien es también Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, lleva dos meses cautivo. Hasta ahora no hay una acusación contra el obispo, pero la Policía ha dicho que lo están investigando por intentar “organizar grupos violentos” en el país.
¿Dónde está monseñor Álvarez?
En redes sociales de diferentes parroquias de la Diócesis de Matagalpa a diario escriben mensajes pidiendo la intercesión de los santos por monseñor Rolando Álvarez, así como por los sacerdotes, diácono y camarógrafo.
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Juan Carlos Arce, miembro del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, señala que el obispo además de estar privado de libertad estamos frente a un caso de desaparición forzada, porque desde que fue trasladado a un régimen que no existe, que es de resguardo familiar, nadie lo ha visto nadie lo ha escuchado.
En tanto, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos ha mantenido una campaña constante en sus redes sociales preguntando donde está el obispo y exigiendo al régimen de Daniel Ortega que lo muestre, y califica el encierro del religioso como un secuestro, “al ocultarlo es un secuestro, está desaparecido”, dice en un tuit.
El 18 de agosto por la noche, durante el rezo del Santo Rosario, fue el último día en que a través de las redes sociales se pudo ver a monseñor Álvarez junto a los sacerdotes y laicos que lo acompañaban, después del rezo dio las gracias y pidió a los fieles seguir en oración, e invitó a la misa del día siguiente, sin embargo, el 19 de agosto en horas de la madrugada fue sacado por las fuerzas policiales hacia Managua y lo llevaron a casa de un familiar, mientras sus acompañantes fueron llevados a El Chipote.
“Sigamos orando, sigamos doblando rodillas, sigamos perseverando en la oración, porque en la perseverancia esta la fe en Jesucristo, el Señor nuestro, el Dios nuestro”, dijo monseñor Álvarez en su última aparición en redes sociales.
El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, quien se encuentra exiliado, también ha sido una de las voces constantes en pedir que monseñor Álvarez sea liberado.
“Como obispo exiliado, comprendo lo que vive mi hermano obispo Rolando Álvarez. Yo sé lo doloroso que es para un obispo ser privado de estar con su pueblo. Exijo saber dónde está y cómo está Rolando, y que sea liberado ya. Ruego a la Iglesia en el mundo entero unirse a esta exigencia”, dice en uno de sus tuits.
Además, al menos 2 sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa han confirmado en entrevistas exclusivas con Mosaico CSI que tuvieron que exiliarse, forzados por la persecusión contra la Iglesia Católica en Nicaragua.
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