Los frailes de la Orden Franciscana Menor, Fray José Ignacio Urbina, Fray Justo Marvin Guillén y Fray Ramón Morraz, concelebraron una misa en la Iglesia San José, sede de la Parroquia Inmaculado Corazón de María en Matagalpa, en acción de gracias por el 38 aniversario de ordenación sacerdotal, este jueves 29 de septiembre, fecha en que la Iglesia celebra a los Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael.
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Monseñor Carlos Santi, quien fue obispo de Matagalpa, los ordenó sacerdotes el 29 de septiembre de 1984 en la catedral San Pedro Apóstol, pero, es la primera vez que celebraban juntos un aniversario, comentó Fray Marvin al comenzar la ceremonia religiosa.
Cada uno de los frailes compartió con la feligresía un breve mensaje durante la homilía.
“Hemos querido celebrar con mucha sencillez, sin pompas, inclusive, sin gran invitación, porque dijimos: ‘con la gente que llegue a la misa de (las) 12 (del mediodía), con ellos damos gracias, porque los tiempos que vivimos, pues no es mucho para fiestas. Eso no quita que nos unamos en lo más grande de nosotros, en la Santa Eucaristía, en acción de gracias a Dios por el favor que ha concedido a estos sus siervos inútiles e indignos, pero Él nos eligió, nos lo dice claro con Juan”, explicó fray Ignacio, quien ahora presta servicio en el occidental departamento de Chinandega.
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Señaló, además, que fue Dios quien los eligió y les dio una gracia especial para poder vivir esa elección, esa misión que Dios encomienda.
“Pues aquí estamos nosotros, palabra complida en nosotros, Él nos eligió, Él nos predestinó, Él nos justificó y eso dirá el apóstol Pablo, y también el mismo apóstol lo dirá, que la esperanza a la que vamos, la meta hacia la que nos encaminamos es algo grandioso, que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni a criatura alguna se le ha revelado lo que Dios tiene preparado para nosotros. Por tanto, pues, estamos aquí para dar gracias y con ustedes, el pueblo de Dios aquí representados”, dijo Fray Ignacio.
Por su parte, Fray Ramón dio gracias a Dios y a los fieles que lo han puesto en sus oraciones.
“Dios me llamó y aquí me tiene, y aquí estoy con más ganas de servirles en el camino que Él me ha regalado… gracias a Dios y a las oraciones de ustedes que siempre nos apoyan (y) nos empujan a seguir el camino, ahí vamos ayudados de la oración”, dijo Fray Ramón.
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Fray Marvin, en tanto, reiteró la gratitud a Dios por los 38 años de vida sacerdotal y dijo que la parroquia Inmaculado Corazón de María en Matagalpa, particularmente el templo San José, donde presta servicios, “tiene un profundo significado en nuestras vidas franciscanas, porque fue ahí donde iniciaron su vida consagrada.
“Me siento muy contento, porque el Señor me está permitiendo aún estarle sirviendo en el altar y poderle ofrecer el único sacrificio agradable al Padre, del cual participamos todos, de las abundantes bendiciones de Dios como es la Eucaristía. Creo que esa es la alegría del sacerdote, esta es la alegría de todo cristiano, pero la mayor alegría, en estos años de vida sacerdotal, es haberle servido y estarle sirviendo aún a esta iglesia que me ha dado hermanos y a esta orden franciscana… y a estos dos hermanos míos en el sacerdocio, en la fe, por el bautismo recibido y por ser parte de esta iglesia y por la orden”, dijo Fray Marvin.
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