Hay intranquilidad entre matagalpinos de diferentes parroquias por el cautiverio al que han sido sometidos el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos y varios sacerdotes; pero, también por la prolongada ausencia de otros presbíteros, a quienes extrañan porque hace semanas dejaron de verlos en sus respectivos templos.
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Mientras tanto, sacerdotes, seminaristas y laicos que colaboraban como Delegados de la Palabra, Ministros de la Comunión, entre otros cargos en diferentes Diócesis de Nicaragua, han sido forzados al exilio.
El padre Uriel Antonio Vallejos, titular de la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco, Matagalpa, es uno de los sacerdotes que ha confirmado su salida obligada de Nicaragua. Después de pasar por Italia, está en Portugal.
Mientras tanto, ha trascendido el exilio forzado del sacerdote Guillermo Martínez, de la Arquidiócesis de Managua. Él habría salido hace aproximadamente un mes de Nicaragua.
Lo que dice obispo de Honduras
En ese contexto, monseñor José Antonio Canales, obispo de la Diócesis de Danlí en Honduras, afirmó que “tenemos solicitud de sacerdotes que siendo nicaragüenses no pueden entrar a Nicaragua”.
Con base en esas declaraciones, algunos medios de comunicación hondureños y nicaragüenses publicaron que al menos 50 sacerdotes habían solicitado refugio en Honduras y Costa Rica, pero monseñor Canales admitió que solo tiene una petición.
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“Oficialmente tengo una solicitud, oficialmente, porque claro, en la Iglesia no solamente es decirlo, sino que hay un proceso que debe hacer todo sacerdote para que ingrese a ser parte de una nueva Iglesia, en este caso de la Diócesis de Danlí”, dijo monseñor Canales en una entrevista difundida este 14 de septiembre por Crisma Televisión, el canal de la Diócesis de Danlí en redes sociales.
Monseñor Canales omitió identidades, pero el 13 de septiembre reciente, el Diario La Prensa informó que la Dirección de Migración y Extranjería en Nicaragua prohibió el ingreso del sacerdote Juan de Dios García, vicario de la Parroquia Santo Cristo en Las Colinas, Managua, quien regresaría de visitar a su familia en Estados Unidos.
Esa es la Iglesia en la que monseñor Álvarez tuvo que refugiarse el 19 de mayo pasado, cuando fue asediado y perseguido por la Policía.
Matagalpinos casi un mes y medio cautivos
“¿Cómo olvidar a nuestro gran obispo? Todos los días está presente en el corazón de este pueblo que lo ama y que lo espera como los niños esperan a su padre…”, refiere una publicación en redes sociales de la Parroquia San José Obrero del municipio El Tuma-La Dalia, Matagalpa, el 9 de septiembre.
“No se mira el ambiente bueno, se siente un ambiente triste desde que ha pasado esto con nuestro obispo, se ha sentido como una tormenta”, dice Reina Irania Tórrez, mientras participa en el inicio de la novena a la Virgen de la Merced, patrona de la Diócesis, en la catedral de Matagalpa.
Monseñor Álvarez, quien es además Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, lleva casi un mes y medio en cautiverio. Él y cuatro sacerdotes, un diácono, dos seminaristas, dos músicos y dos reporteros gráficos matagalpinos fueron forzados por la Policía a un encierro en la Residencia Episcopal de Matagalpa desde el 4 de agosto.
En días distintos, la Policía permitió la salida de los músicos y de un camarógrafo. Luego, en la madrugada del 19 de agosto, irrumpió ilegalmente en la Residencia Episcopal y trasladó a Managua al obispo Álvarez y a los sacerdotes Sadiel Eugarrios, Ramiro Tijerino y José Luis Díaz; al diácono Raúl González Vega, a los seminaristas Darvin Leiva y Melkin Sequeira; y al camarógrafo Sergio Cárdenas Flores. Los siete últimos fueron encerrados en El Chipote, la cárcel de la Dirección de Auxilio Judicial de la Policía. En tanto, el vicario general Óscar Escoto, quien era uno de los cautivos, fue dejado por la Policía “a cargo” de la Residencia Episcopal en Matagalpa.
Otros casos
Días antes, el 14 de agosto, la Policía se llevó al padre Óscar Danilo Benavidez Dávila después que este presidió una misa vespertina en la Parroquia Espíritu Santo en el municipio de Mulukukú, jurisdicción eclesiástica de la Diócesis de Siuna en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte.
Benavidez, originario del municipio de San Isidro, Matagalpa, tenía cerca de tres meses prestando servicios en Mulukukú.
La Policía, en tanto, mantuvo el asedio en otras parroquias, impidió que sacerdotes viajaran a la catedral de Matagalpa para participar en el recibimiento de una imagen de la Virgen de Fátima y prohibió la realización de procesiones.
Matagalpinos oran por los cautivos y los ausentes
Matagalpa festeja a la Virgen de la Merced como patrona. “A su maternal corazón nos encomendamos al iniciar los días que nos preparan para su festividad, encomendamos a nuestro obispo, monseñor Rolando José, sacerdotes, diácono y laicos que junto a él se encontraban hasta la madrugada del 19 de agosto pasado en la Curia Episcopal”, publicó la Diócesis de Matagalpa este 15 de septiembre en sus redes sociales.
También ha llamado la atención que, a través de distintas redes sociales, los feligreses matagalpinos piden oraciones por otros sacerdotes a quienes tienen semanas sin ver en sus parroquias.
“Oraciones por nuestro querido sacerdote Mangel Hernández. Hasta donde él se encuentre, que el Señor le auxilie y le proteja, desde el lugar donde se encuentre. Si por su bien así lo decidió él, nosotros en la parroquia San Juan María Vianney, de La Chispa, Matagalpa, con todo amor rezamos por él y por todos los consagrados. Ayer, último domingo de agosto, le extrañamos mucho, porque no tuvimos Misa. Dios le cuide”, decía el mensaje que circuló masivamente y fue “reenviado muchas veces” a través de WhatsApp.
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El padre Mangel cumplió 25 años como sacerdote, el 1 de diciembre, y era el titular de la Parroquia San Juan María Vianney en Matagalpa.
Otros sacerdotes que los matagalpinos dejaron de ver desde la última decena de agosto son Vicente Martínez Bermúdez, titular de la Parroquia Santa Lucía en el municipio de Darío, y Erick Díaz, titular de la Parroquia San José Obrero en El Tuma-La Dalia.
En Darío
“Por nuestro Párroco Vicente Martínez ofrecemos a esta hora El Rosario de la Aurora y 1,000 Avemarías donde sea que se encuentre, que nuestra Madre Santísima interceda por usted, para que podamos volver a verlo… Lo extrañamos Padre Vicente: sus mascotas, su pueblo, su parroquia… Dios y La Virgen lo cuiden y lo acompañen siempre. Gracias por estar al lado de su pueblo”, publicó en Facebook el movimiento de Renovación Carismática de la Parroquia Santa Lucía, el 8 de septiembre reciente.
El 12 de septiembre, en la página en Facebook de la Radio Santa Lucía, publicaron media docena de fotos del padre Vicente con la siguiente descripción: “Gratos recuerdos de amor y humildad. Dios le bendiga y lo cuide padre Vicente Martínez. Nuestras oraciones por usted. Lo queremos mucho”.
Poco más de cien comentarios de matagalpinos y feligreses de otras Diócesis tiene esa publicación. Uno expresa: “Sin su presencia, Padre Vicente, nada es igual, pero seguiremos apoyando las obras que usted impulsó y creo que es la mejor manera de honrarlo. Dios bendiga a usted y otros sacerdotes que viven días aciagos. Dios de la mano los llevará siempre”.
En El Tuma
Mientras tanto, en la Parroquia San José Obrero, en el poblado de El Tuma, una de las principales concentraciones urbanas del municipio El Tuma-La Dalia, algunos fieles afirman que dejaron de ver al padre Erick desde el 21 de agosto, cuando celebró una misa en acción de gracias por su cumpleaños.
Los feligreses afirman que el padre Erick ha dejado un gran vacío. “Era como un hermano para mí”, dice un feligrés que prefiere omitir su nombre por seguridad.
Al padre Erick lo describen los matagalpinos como un sacerdote cercano a la población, amable y siempre con una sonrisa.
A finales del 2021 el padre Erick agarró un canasto y se fue junto a los fieles a cortar café para recaudar fondos para embellecer la casa cural y el templo parroquial.
El régimen en Nicaragua ha desencadenado una feroz persecución contra los sacerdotes desde el 2018, porque estos han denunciado las violaciones a los derechos humanos y además han expresado el sentir de la feligresía que les cuenta sus sufrimientos.
El 14 de agosto, el padre Erick fue visitado por miembros de la policía quienes le notificaron que tenía prohibido movilizarse a Matagalpa al recibimiento de la Virgen peregrina de Fátima, así lo notificó la parroquia en su página de Facebook.
También en Estelí
Otro sacerdote a quien la feligresía dejó de ver es el padre Delvin Martínez, de la Diócesis de Estelí, pero que prestaba misión en Juigalpa, Chontales. Ahí lo señalaban de ser discípulo de monseñor Abelardo Mata Guevara, obispo emérito de Estelí.
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