El sacerdote Uriel Antonio Vallejos es enfático: “a la Iglesia nunca la van a callar” y “la Iglesia nunca va a estar al lado de los que matan”. Desde el exilio al que fue forzado, el religioso considera que la persecución en su contra tampoco es “de ahorita”, porque quienes gobiernan en Nicaragua “piensan que el país es una finca”.
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Después de caminar por veredas fangosas para salir de Nicaragua, el padre Vallejos ahora se encuentra en Italia.
Este martes 6 de septiembre el religioso visitó la Basílica de Santa Clara de Asís, un templo donde existen diversas reliquias, incluyendo un Crucifijo de estilo bizantino que habló a San Francisco de Asís y le pidió “reparar” la Iglesia.
“Esta mañana he peregrinado a Asís, tierra de la paz y ante el Crucifijo que habló a San Francisco diciéndole: ‘Repara mi Iglesia’, he puesto bajo la intercesión de San Francisco y Santa Clara de Asís, el restablecimiento de la paz en nuestra patria”, tuiteó el padre Vallejos, publicando una foto en la que sostiene una bandera de Nicaragua en el templo.
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Antes, en una entrevista exclusiva con Mosaico CSI, el padre Vallejos relató la travesía y lo traumático que fue para él salir por veredas de Nicaragua.
También cuenta que la persecución en su contra es de vieja data. En 2014, cuando Vallejos fue director nacional de Cáritas Nicaragua, denunció los abusos de poder y que en varias ocasiones fueron retenidas donaciones provenientes de Estados Unidos y reportó pérdidas de hasta 18 millones de dólares en productos.
Vallejos menciona además “la entrega que tuvimos de muchas camas a muchos hospitales y que él (Gobierno de Daniel Ortega) quería que no se revelara que esa donación iba directamente de la Iglesia a los hospitales. Nosotros no mirábamos eso como un impedimento, porque lo que queríamos hacer era el bien, pero de ahí han venido estás consecuencias”.
Ordenado sacerdote el 17 de septiembre de 2011, Vallejos fue administrador del Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima en Managua y en 2013 prestó servicios en la Diócesis de Jinotega, donde fungió además como director de Cáritas Diocesanas y en 2014 fue el director nacional de esa organización. En 2016 llegó a prestar servicios a la Diócesis de Matagalpa, como administrador de la Parroquia San Juan Pablo II en la Villa Chagüitillo, en el municipio de Sébaco.
En 2018, dice el padre Vallejos, “la Iglesia, como todos saben, abrió sus puertas para los heridos, para los muertos, y expusimos nuestra vida. Yo soy uno, por la ciudad de Sébaco, estuve ahí en medio de los conflictos para mediar”.
La Iglesia nunca estará «al lado de los que matan»
“No es que la Iglesia busque una bandera, que la Iglesia se meta en cuestiones políticas, lo que nos interesa es salvaguardar la vida humana y ha sido una situación, podemos decir, para ellos muy complicado, porque pensaban que la Iglesia iba a estar a su favor, (pero) la Iglesia nunca va a estar al lado de los que asesinan, al lado de los que matan, van a la vela, se toman el café, y no es así”, continuó el religioso.
Agregó que: “la Iglesia estará con las personas que quieren vida y nos motiva mucho estar con el pueblo sufrido, con el pueblo que ha sido masacrado, que está muy herido, y nosotros como sacerdotes, pastores, conocemos las realidades que viven nuestras comunidades, y eso ha llevado a ellos a cuestionarnos, porque de primera mano tenemos el conocimiento de todas las injusticias que ellos cometen en las instituciones estatales, en las comunidades, en los miembros, porque hay personas muy buenas, personas que están ahí en una institución porque necesitan del trabajo, pero hay un maltrato de muchas personas adeptas a sus ideologías, entonces, desde entonces venimos cargando con esta cruz tan difícil, y no hemos dejado solo al pueblo, le hemos acompañado, hemos expuesto nuestra vida, y ahora que se dan estas circunstancias que estamos viviendo, de amenaza frontal a la Iglesia, a la Iglesia nunca la va a callar, jamás”.
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En octubre del 2019, el sacerdote Vallejos confrontó a agentes policiales que no permitían el paso de la población hasta la parroquia Jesús Divina Misericordia de Sébaco, donde un grupo de personas estaba realizando una colecta de víveres para los presos políticos.
“Dejen de hacer el ridículo… al pueblo se le sirve”, fue parte de lo que el padre Vallejos dijo a un jefe policial, mientras le demandaba el retiro de los agentes.
Para las votaciones generales del 2021, el sacerdote afirmó en una homilía que no existían las condiciones para que el proceso fuese libre, justo, transparente, competitivo y observado.
“Este siete de noviembre mi huella estará limpia, como mi conciencia, porque se perdió la oportunidad de elegir en igualdad de oportunidades, donde la competencia se eliminó y se pusieron algunos de los mismos para hacer de oposición”, dijo el religioso durante una de las homilías.
Según una publicación en Infobae, después de esa homilía el sacerdote fue visitado por miembros de la Policía. En ese momento el párroco dijo no temer caer preso. “Estamos acá para el pueblo y decir la verdad, estoy siempre al lado de la gente denunciando la injusticia porque es muy doloroso lo que se está viviendo hoy en día en Nicaragua”.
En la entrevista con Mosaico CSI, desde el exilio, el padre Vallejos afirma: “Estamos para amar, servir a Dios a través de su pueblo, y si hay que dar la vida, la tenemos que dar en estas circunstancias tan duras, porque al pueblo santo de Dios se le ama, se le sirve y se le respeta, pero acá ellos no están respetando los derechos humanos de los nicaragüenses, ellos piensan que el país es una finca para ellos estar dirigiéndolo, y tener a su gusto y antojo a todas las personas y crear leyes que están injustamente, verdad, que se están aplicando. Hoy ya sabemos cuántos hermanos sacerdotes, 8 sacerdotes en la cárcel, nuestro obispo, la experiencia que tenemos y que yo también tuve: pasar 72 horas de agua, pan y yogurt, encerrado, el asedio, porque su intención no solo era llevarse los equipos de la radio, sino que era llevarme preso a El Chipote, y hoy que me veo obligado a exiliarse pues nos damos cuenta pues de lo malo que son ellos y los adeptos también que hay, que están enfermos…”.
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