El camarógrafo Flavio Castro y el músico Henry Corvera fueron liberados después del mediodía de este jueves 18 de agosto por la Policía, que los mantuvo retenidos desde el martes 16, tras sacarlos bajo coacciones de la Residencia Episcopal de Matagalpa, donde estuvieron un poco más de 12 días con el obispo Rolando José Álvarez Lagos y otros sacerdotes y laicos, en un encierro forzado por una supuesta investigación contra el jerarca católico.
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“Ya está bien, todo bien, hay un Dios misericordioso, un Dios de poder que todo lo puede… no puedo decir más nada”, dijo sollozante una familiar de uno de los liberados.
Desde el 3 de agosto la Policía se apostó afuera de la Residencia Episcopal y en la mañana del jueves 4 de agosto impidió entradas y salidas al edificio. Monseñor Álvarez reaccionó con cantos, bendiciones y exhibiendo el Santísimo Sacramento ante un descomunal despliegue de policías armados que le impidieron salir a las tareas pastorales.
Cinco sacerdotes, dos seminaristas, dos integrantes del coro parroquial y dos reporteros gráficos quedaron cautivos junto a monseñor Álvarez; pero, el 8 de agosto, la Policía permitió la salida de Sujín Membreño, integrante del coro; mientras que el 16 de agosto, en horas distintas de la mañana, de la Residencia Episcopal salieron el camarógrafo Castro y el músico Corvera.
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Más de 48 horas después, este 18 de agosto, trascendió la liberación de ambos.
Mientras tanto, monseñor Álvarez junto a los sacerdotes Óscar Escoto, Ramiro Tijerino, Sadiel Eugarrios, José Luis Díaz y Raúl González; los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira, así como el reportero gráfico Sergio Cárdenas, cumplieron 15 días encerrados en la Residencia Episcopal.
El obispo generalmente preside una misa cada mediodía y el Rosario cada noche, ambas celebraciones son transmitidas a través de las redes sociales de la Diócesis.
La Policía acusa a monseñor Álvarez de “organizar grupos violentos”.
Pero, las multitudinarias celebraciones religiosas convocadas por monseñor Álvarez han sido motivo del malestar oficialista contra el líder religioso.
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Esas celebraciones incluyen la reciente peregrinación al Santuario del Divino Niño en Matagalpa el 17 de julio, dos días antes del aniversario de la Revolución sandinista, cuando el obispo Álvarez convocó a los nicaragüenses a una “cruzada de oración y adoración” –que se extendería hasta diciembre próximo– para pedir a Dios por la Iglesia, los sacerdotes y Nicaragua.
Monseñor Álvarez ha sido contundente en sus mensajes y homilías al analizar la realidad del país desde la perspectiva de la doctrina social de la Iglesia.
Incluso, ha sido tajante al revelar que miles de empleados estatales, incluso “cienes” de policías y militares, se le han acercado secretamente –como el personaje bíblico de Nicodemo se acercaba a Jesús– “sabiendo cuál es la verdad”.
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“Yo conozco a mucha gente que, incluso, son sandinistas, pero, son personas que calladitas, porque tienen miedo, les inculcan a sus familias, a sus hijos, la fe cristiana, yo les llamo a ellos los Nicodemo”, dijo monseñor Álvarez en una entrevista exclusiva a Mosaico CSI en abril pasado.
Nicodemo, en el Evangelio según San Juan, es descrito como un fariseo miembro del sanedrín, que era el cuerpo gobernante de los judíos y que, en última instancia fue el que condenó a Jesús, aunque tuvieran que acudir a Pilato para aprobar su sentencia.
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