Monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, así como cinco sacerdotes más y cuatro laicos, este sábado 13 de agosto cumplen 10 días en un encierro forzado, ante un descomunal despliegue policial y vigilancia con drones en la Residencia Episcopal de Matagalpa.
El incremento de la represión contra la Iglesia contiene la prohibición policial de procesiones y otras actividades, incluyendo misas nocturnas en algunas parroquias. De tal manera que para este sábado 13 de agosto la Diócesis de Matagalpa tuvo que cambiar el programa de recibimiento de una imagen de la Virgen de Fátima, en el contexto de la clausura del Congreso Nacional Mariano y en la víspera de las solemnidades de Nuestra Señora de la Asunción.
La procesión que estaba prevista a salir la tarde de este 13 de agosto de la iglesia San José hacia la catedral San Pedro Apóstol fue cancelada, confirmó el obispo Álvarez en un video transmitido a través de redes sociales la noche de este viernes.
Monseñor Álvarez dijo que la imagen será llevada directamente a la catedral y a las 5:30 p.m. habrá una misa. Mientras que el domingo 14, “en una bella jornada de oración”, habrá el rezo del Santo Rosario a las 8:00 a.m., dirigido por religiosas, religiosos y seminaristas, a continuación, habrá una Hora Santa y a las 10:00 a.m. será la misa solemne.
Pero, la expectativa de un multitudinario recibimiento diocesano a la imagen de la Virgen, así como el antecedente del 1 de agosto en Sébaco, cuando la población salió en defensa del sacerdote Uriel Vallejos, “asustó” al oficialismo que se decidió por acorralar a monseñor Álvarez con la Policía, que inició una supuesta investigación contra el jerarca católico al que tienen más de un año de estar siguiendo a todas partes.
También está el antecedente de que han sido masivas las recientes actividades católicas en Matagalpa: la peregrinación en la llamada ruta de la Divina Misericordia desde Matagalpa hacia Sébaco, el pasado 24 de abril; la vigilia de Pentecostés juvenil, el 11 de junio, y la Peregrinación al Santuario Diocesano del Divino Niño, el 17 de julio.
En esta última, con una asistencia calculada en más de 50,000 peregrinos, monseñor Álvarez convocó a los nicaragüenses a una “cruzada de oración y adoración” que se extendería hasta diciembre próximo, para pedir a Dios por la Iglesia, los sacerdotes y Nicaragua. Esa jornada masiva sería principalmente en los primeros viernes de cada mes y en las solemnidades dedicadas a las diferentes advocaciones marianas hasta el día de la Inmaculada Concepción de María.
Contundente con doctrina social de la Iglesia
Cuando el padre Rolando Álvarez llegó para ser consagrado como el noveno obispo de Matagalpa, el 2 de abril de 2011, recibió las llaves de la ciudad de manos del alcalde sandinista Sadrach Zeledón, un acto oficial en medio del multitudinario recibimiento al religioso. La gente desbordó las calles.
Desde entonces, monseñor Álvarez ha sido contundente al analizar la realidad nacional desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia, destacando llamados al respeto a la dignidad del hombre, insistiendo en que “somos hijos de Dios”.
Hombre que ora mucho
Monseñor Álvarez dedica bastante tiempo a orar en la Capilla de las Misericordias o de las Mercedes, en la Residencia Episcopal de Matagalpa. “Es un hombre que ora mucho”, lo describe un sacerdote cercano a él, contando que sus devociones fundamentales son hacia Santa Faustina Kowalska, cuyas apariciones de Jesucristo inspiraron la devoción a la Divina Misericordia, y hacia San Juan Pablo II.
También lo describe como un “hombre de la palabra de Dios”. Muchas de sus decisiones son tomadas a través del discernimiento con la Lectio divina, que es entendida como la “lectura orante de la Palabra”, razón por la que ha sido un gran impulsor de la adoración perpetua al Santísimo, incluso invitando a los fieles a que lleven a Jesús Sacramentado a los hogares.
La Virgen María tiene una presencia muy fuerte en la vida del obispo de Matagalpa. Incluso, su lema episcopal es «Fiat mihi secundum verbum tuum», que significa “Hágase en mí según tu palabra”, la respuesta de la Virgen al ángel Gabriel en el pasaje bíblico de la Anunciación.
Peregrino y misionero
En los ya más de 11 años como obispo, Monseñor Álvarez ha visitado cada una de las 630 comunidades comprendidas en las 28 parroquias de la Diócesis de Matagalpa, donde es común verle cabalgando, o navegando en canoas, jugando volibol o futbol con estudiantes, nadando en ríos, predicando en calles, parques y autobuses, cocinando, lampaceando iglesias, bailando y cantando.
“Es parte de su cercanía con el pueblo”, dice el religioso cercano al obispo y apesarado por la condición de encierro forzado al que ha sido sometido el jerarca considerado como peregrino y misionero.
Protector de medioambiente
En octubre de 2015, monseñor Álvarez junto al padre Pablo Espinoza (q.e.p.d.), encabezó una multitudinaria marcha contra la minería en Rancho Grande, Matagalpa. El oficialismo convocó a una contra marcha el mismo día y a favor de la minería. Dos días después, Rosario Murillo anunció la cancelación de la concesión a la empresa minera.
Mientras que, en 2018, monseñor Álvarez fue parte del equipo de la Conferencia Episcopal que participó como garante y testigo en el primer diálogo entre el gobierno de Daniel Ortega y la oposición que se había levantado en protestas en el país.
“… Estoy convencido y se lo digo a los sacerdotes y seminaristas que nuestra vida y la razón de nuestra vida es servirle al pueblo de Dios. No tendría sentido nuestra vida sin servir al pueblo de Dios”, declaró el obispo el 7 de diciembre de 2019, en ocasión del 25 aniversario de su ordenación sacerdotal.
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