En el día de Santa Clara de Asís, el octavo día de estar encerrado por la Policía en la Residencia Episcopal de Matagalpa, junto a otras diez personas, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, aseguró que «nuestras 11 vidas están en manos de Dios».
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Después de varios días sin noticias del grupo de 11 personas encerradas en la Curia, el obispo, quien es también Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, reapareció en la transmisión de su habitual programa de cada jueves: “Pastoreo, Comunión y Oración”.
Al comenzar el programa, el obispo dijo: «Nos encontramos aquí reunidos y retenidos, ya en el octavo día que cumplimos hoy, hoy día Jesús Sacramentado, porque la vida de nosotros 11, que estamos en nuestra Curia Episcopal de Matagalpa, en el corazón de ella que es la Capilla de las Mercedes donde está Jesús sacramentado, nuestras 11 vidas están en las manos del Señor, estamos en las manos de Dios. Queremos hacer solamente su voluntad y queremos darle gloria a Él, la gloria a Él, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por los siglos de los siglos».
«… Nos encontramos gracias a Dios bien de salud, viviendo en comunidad, viviendo en familia, rezando, celebrando la Eucaristía, compartiendo entre nosotros, dialogando, conversando, con fuerza interior, con paz y serenidad en el corazón, con una alegría en la conciencia que solo puede proceder de Dios, es una paz fuerza, serenidad y alegría sobrenatural», dijo el obispo antes de celebrar la misa en el programa difundido a través de las redes sociales de la Diócesis de Matagalpa y otros medios digitales de la Iglesia nicaragüense.
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Agregó: «estamos experimentando un retiro en la presencia del Señor, todo concurre para el bien de los que aman al Señor, dice el apóstol San Pablo, y nosotros estamos convencidos totalmente que todo ocurre para nuestro bien, porque Dios nos ama y porque nosotros le amamos».
Además, agradeció por «las miles y miles de plegarias que ustedes siguen elevando por nosotros».
Desde el jueves 4 de agosto recién pasado, monseñor Álvarez fue obligado por la Policía a quedarse encerrado en la Residencia Episcopal en Matagalpa, junto a 5 sacerdotes, dos diáconos, dos coristas y dos reporteros gráficos.
La Policía anunció que empezó una investigación contra el jerarca católico que ha sido contundente al analizar la realidad nacional desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia.
La Policía permitió que días después una de las coristas saliera del edificio.
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