
Matagalpa es mucho más que el nombre de uno de los departamentos de Nicaragua. Está situado en la región central del país y es dueño de verdes montañas y un clima agradable. Es uno de los pueblos indígenas más antiguos, los matagalpas tenían su propia lengua y dominaban un territorio que se extendía desde el actual departamento de Chontales hasta poblaciones de Honduras y el oriente de El Salvador.
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La Real Academia Española de la Lengua define Matagalpa así: “Dicho de una persona: de un pueblo amerindio que habitaba el noroeste de Nicaragua y El Salvador”, también le da la definición de “Lengua misumalpa que hablaban los matagalpas”.
El antropólogo Paúl Cruz Olivas explica que el término Matagalpa nace por el lingüista y etnólogo Daniel Garrison Brinton, ya que el término utilizado anteriormente era “Chontal”, que viene de la voz náhuatl que significa “tosco, serrano, e incluso avillanado”.
“Cuando hablamos de Matagalpa, hablamos de un pueblo, una lengua extinta, pero que existió, y hablamos de un área cultural que abarcaba desde Chontales hasta el sur de Honduras y el oriente de El Salvador, esto hasta antes de la conquista española”, señala el antropólogo Cruz, quien es miembro directivo de la Fundación Científica Cultural Ulúa Matagalpa, organización que ha realizado diversas investigaciones sobre la cultura Matagalpa.
El historiador Eddy Kühl Aráuz señala que el etnólogo y lingüista norteamericano Daniel G. Brinton dio el nombre de Matagalpa a esta lengua en 1891. También indica que el lingüista alemán Walter Lehmann (1909) creía que era una rama del Misumalpa, que incluye el Misquito, el Sumo y el Matagalpa.
“Leman y Brinton comparten la opinión que el dialecto Matagalpa antiguamente tenía una mayor distribución sobre la base de los nombres geográficos y las tradiciones de los habitantes del departamento de Chontales, Boaco, Matagalpa, Estelí, Jinotega, Nueva Segovia, Ocotal, hasta el sur de Honduras y Oriente de El Salvador, donde se retoman prefijos como “Li”, en nombres como Estelí, Wiwilí. El prefijo “lí” significa agua en lengua Matagalpa y en miskito”, dice Cruz Olivas.
Matagalpa, uno de los pueblos más antiguos
Cruz Olivas asegura que los matagalpas son uno de los pueblos más antiguos de habitar el territorio nicaragüense, ya que su cerámica data de 300 años Antes de Cristo, a 1435 ya con el contacto con los españoles.
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“El pueblo Matagalpa es más antiguo que los Chorotegas. Chorotega es un apodo, que en náhuatl significa desplazados, ellos son los mangues que vienen a Nicaragua en 850 Después de Cristo, mientras que los matagalpas vienen desde el 300 Antes de Cristo”, sostiene Cruz Olivas.
Añade que es uno de los grupos culturales más antiguos y es “primo hermano” de los Sumos. “Vemos que existe una familia lingüística, desde la antropología lingüística, viene de una familia misumalpa, Mi (Miskitos) Su (Sumos) y Matagalpa, que viene de un tronco común macrochibcha del norte de Colombia y del norte de Venezuela”.
En el departamento de Matagalpa hay tres comunidades indígenas: la de Matagalpa, la de Sébaco y la de Muy Muy. También hay pueblos indígenas en el departamento de Jinotega, sin embargo, hay quienes se auto reconocen como chorotegas o no saben a cuál comunidad indígena pertenecen. Cruz Olivas lo atribuye a que se ha tratado de ‘choroteguizar’ y ‘nahualizar’ a todos los indígenas, y el Estado, desde tiempos pasados, no ha sido garante de estos pueblos, de ahí que la lengua matagalpa se haya extinguido.
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En el Mapa Nacional de Turismo de Instituto Nicaragüense de Turismo, indican que el núcleo del pueblo indígena sigue activo, en su organización y tradiciones, aunque la lengua ancestral se extinguió hace unos 40 años.
Cruz Olivas indica que los matagalpas no pudieron ser colonizados en su totalidad por los españoles, por lo cual conservaban sus costumbres.
“La colonización en el norte de Nicaragua, por ejemplo, llegó hasta (Santa María de) Pantasma (municipio del departamento de Jinotega), pero nunca entró a Waslala (jurisdicción de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte), El Tuma-La Dalia (departamento de Matagalpa), El Cuá, (San José de) Bocay. Nunca llegó la administración española, pero sí lo hizo el Estado”, explica Cruz Olivas.
En cuanto a la extinción de la lengua Matagalpa, Cruz Olivas relata que se fue extinguiendo porque le prohibieron hablar su lengua y solo lo hacían en el seno de sus comunidades y ya desde 1830 a 1880 el Estado venía cercenando las tierras y prohibiendo algunas costumbres como tomar chicha bruja, chicha de maíz, empadronan a los indios para meterlos a los ejércitos, además de que en 1881 el gobierno en turno promovió la migración de extranjeros y asumió políticas de confiscación y le entregaron a los extranjeros tierras a cambio de cultivar café.
“La lengua se pierde porque en los años 80 no quisieron rescatarla, pero la lengua existió en San Dionisio, San Ramón, ya se había perdido en Chontales, Boaco, por la expansión ganadera, pero en Matagalpa se pierde con el monocultivo del café, en los 80 decían que ya no había indios, no se documentó y no se revitaliza la lengua, hay gente que dice que los alfabetizadores les pegaban en la mano si hablaban su lengua”, relata Cruz Olivas.
Además de la colonización, el Estado de Nicaragua, a través de la historia, ha cometido el error de choroteguizar y nahualizar todo Nicaragua, de ahí que la cultura Matagalpa sea poco conocida o difundida, incluso indígenas de Sébaco suelen identificarse como indios chorotegas y no como matagalpas. El antropólogo señala que en el discurso hegemónico del pacífico-centrismo el mundo gira entorno a la cultura mangue y náhuatl y fusiones de las mismas.
Cruz Olivas manifiesta que incluso en Nueva Segovia hubo una ‘Coordinadora Chorotega’, también existió una ‘Coordinadora Diariagén’, las cuales, a criterio de Cruz Olivas, nada tienen que ver con los matagalpas, ya que en todo caso sería coordinadora Yarrince, un líder guerrero de los matagalpas.
Tanto se desconoce la cultura Matagalpa que incluso Jinotega y el departamento de Matagalpa se disputan el origen de la cerámica negra, la cual según el arqueólogo es de la región Ulúa Matagalpa que incluye a Jinotega, Nueva Segovia, Caribe Norte y Caribe Sur.
Incluso el gentilicio es matagalpa, aunque Cruz Olivas señala que hay una discusión entre si es matagalpino o matagalpense.
El historiador Eddy Kühl manifiesta en un artículo que, en el año 2008, un colega suyo, Néstor Dávila, grabó en la comunidad de San Pablo la conversación de unos niños supuestamente hablando en popoluca (matagalpa). “La consultamos a nivel internacional, pero no se nos aprobó, por qué no se le dijo a la familia que se le estaba grabando, condición científica para hacerla valedera, pero allí siguen y volveremos”.
En mismo escrito Kühl cuenta que en 1999 le envió una carta por correo el doctor José Ramón Gutiérrez Castro, historiador matagalpino, autor del artículo La Guerra de los Indios, publicado en 1962, la cual decía: “Ya murieron los últimos viejitos que hablaban el matagalpa original. En Los Limones, una comunidad de Wibuse, San Dionisio, había unos señores de apellido Mendoza que conversaban en su lengua”.
Añade que existe un interés de parte de la Comunidad Indígena para rescatar la lengua, ya que aún quedan algunas palabras entremezcladas con el español como: Cushma o asope (zopilote), aluba (garrobo) yucul (coyol) dipe (sanguijuela) buluka (gallina,) entre otras.
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Olivas Cruz indica que pese a todo el pueblo indígena ahí está, aunque algunos crean que son chorotegas. “En Matagalpa están distribuidos en 7 municipios es la comunidad más grande del pacifico-norte, están en San Dionisio, San Ramón, Esquipulas, Terrabona, El Tuma-La Dalia, Rancho Grande y Matagalpa”.
A criterio de Cruz Olivas, de la cultura Matagalpa, aunque ya no existe la lengua, aún queda mucho sincretismo religioso y espiritual, con los mitos principalmente, como el de la serpiente que con la colonización sufrió transformaciones, pero el mito de la mujer serpiente en los cerros responde a los pueblos Matagalpa- Mayangna que en la antigüedad había un culto a la serpiente.
Según Jaime Incer, existen unas 500 toponimias (nombres geográficos) de origen matagalpa, estos más las 97 palabras recopiladas en 1855 por el presbítero Víctor Jesús Noguera (nacido en Masaya 1827), y párroco de Matagalpa desde 1853.
Estas fueron recitadas de memoria por el padre Noguera al médico alemán Carl Hermann Berendt en marzo de 1874. Añadiendo las palabras recopiladas por Dávila Bolaños y otras por Bovallius pueden llegar a 700 palabras que se han encontrado de esta lengua, tal vez sean suficiente para reconstruir este desaparecido lenguaje de nuestros indios originales.
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