El obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, convocó a una “cruzada de oración y adoración” que se extendería hasta diciembre próximo, para pedir a Dios por la Iglesia, los sacerdotes y Nicaragua.
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Esa jornada masiva sería principalmente en los primeros viernes de cada mes y en las solemnidades dedicadas a las diferentes advocaciones marianas hasta el día de la Inmaculada Concepción de María.
La convocatoria del obispo de Matagalpa surgió durante la homilía en la misa que presidió este domingo 17 de julio en el templo del Santuario Diocesano Divino Niño Jesús, en el sector de Fuente Pura, después de una multitudinaria peregrinación a la que fácilmente asistieron más de 50,000 peregrinos que caminaron al menos 12 kilómetros, partiendo de la catedral San Pedro Apóstol, en el centro de la ciudad de Matagalpa.
Monseñor Álvarez destacó en su sermón que son muchas las “cosas que inquietan y preocupan a los nicaragüenses”, pero que, la más importante es permanecer a los pies de Jesús.
“Es el mensaje fundamental que nos da el texto evangélico”, dijo el obispo de Matagalpa, refiriéndose al Evangelio en el que Jesús visitó la casa de Marta y María, las hermanas de Lázaro. La primera siguió en los quehaceres, mientras la segunda se quedó escuchando a Jesús.
“Sin duda alguna, en medio de las inquietudes y preocupaciones que tenemos todos los nicaragüenses, hemos elegido la mejor parte, porque volvemos siempre nuestra mirada y nuestro corazón a Jesús, el Señor, y a su madre la Santísima Virgen María”, señaló monseñor Álvarez.
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De acuerdo con el obispo de Matagalpa, los nicaragüenses “hemos aprendido en el camino del dolor a doblar aún más las rodillas, a intensificar aún más nuestras oraciones y plegarias, a desgranar uno a uno el Santo Rosario, la coronilla a la Divina Misericordia, la oración a San Miguel Arcángel, el Rosario al Espíritu Santo. Nuestros ayunos, mortificaciones y penitencias, toda nuestra oración está llegando al cielo, amadísimos hermanos y hermanas, y está conmoviendo las entrañas misericordiosas de nuestro Dios y amado Señor”.
Monseñor Álvarez exhortó a los nicaragüenses a que “tengamos la certeza de fe, que siempre, después de la oscuridad, viene el amanecer; y que siempre, después de caminar por el desierto, siempre llega a la tierra prometida, y después de la crucifixión y la muerte, siempre, infaliblemente, infaliblemente, llega la resurrección”.
“En nombre de todos mis hermanos sacerdotes de nuestra bendita y amada Diócesis de Matagalpa, quiero convocarlos a todos y cada uno de ustedes a una cruzada de oración y adoración por nuestra iglesia, nuestros sacerdotes y nuestra amada Nicaragua”, continuó el obispo.
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Explicó que esta cruzada de oración y adoración consistirá en hacer ayunos durante los primeros viernes de cada mes, los cuales son dedicados al Sagrado Corazón de Jesús.
Estos viernes, según el calendario, serían el 5 de agosto, 2 septiembre, 7 de octubre, 4 de noviembre y 2 de diciembre.
Monseñor Álvarez convocó a que en todas las fechas dedicadas a las solemnidades a las diferentes advocaciones marianas, los feligreses desde su hogar y familia, “o si así fuere, desde nuestras parroquias”, recen el Santo Rosario de aurora a las 5:30 de la mañana y también el rezo de las 1,000 Avemarías.
Monseñor Álvarez enumeró las fiestas marianas:
El 15 de agosto, en la Asunción de Nuestra Señora a los cielos
El 22 de agosto en Santa María Reina
El 8 de septiembre, en el nacimiento de la Santísima Virgen María
El 15 de septiembre, en la festividad de Nuestra Señora de los Dolores
El 24 de septiembre, en la festividad de Nuestra Señora de la Merced
El 7 de octubre, en Nuestra Señora del Rosario
El 27 de noviembre, en Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
y el 8 de diciembre en la inmaculada Concepción de María
“En todas estas fiestas, unámonos a las 5:30 de la mañana, todos, en un solo pensar, en un solo sentir y en un solo corazón, rezando el Rosario de la Aurora, realizando las 1,000 Avemarías y juntos, como pueblo de Dios, que ora a una sola voz, ayunando todos los primeros viernes de mes, nuestra plegaria seguirá conmoviendo las entrañas misericordiosas de nuestro Dios y la Virgen Santísima y miles de bendiciones veremos y veremos también la gloria de Dios, porque la oración es, amadísimos hermanos y hermanas, es la que salvará a Nicaragua. Viva el Divino Niño, Viva el Divino Niño”, finalizó entre aplausos y vivas al Divino Niño.
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