Cuando hablamos de malnutrición pensamos en niños delgados, pálidos y bajitos, es decir desnutridos, sin embargo, este es un problema con dos caras: desnutrición y obesidad, dos problemas de salud que puede tener consecuencias graves en el futuro de nuestros niños.
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La doctora Juana María Membreño, especialista en gastroenterología, explica que la malnutrición se da cuando a los niños les damos menos aporte nutricional del que necesita, “es un desbalance entre el aporte y el requerimiento del niño”, o cuando hay un exceso de aporte y al verlo hermoso se cree que está saludable.
En 2021, en el departamento de Matagalpa el 10.7 por ciento de los niños menores de 5 años presentaba desnutrición crónica, según cifras del Mapa de Salud del Ministerio de Salud (Minsa), siendo este uno de los departamentos del país con mayor porcentaje de niños desnutridos. En 2020 la cifra era de 11.4 por ciento.
Las causas de la desnutrición infantil pueden ser muchas, indica Membreño, y entre ellas señala la falta de nutrientes necesarios que el niño requiere, o bien porque los padres desconocen como alimentarlos correctamente y le brindan alimentos que no aportan lo necesario al niño.
Añade que también se puede dar por otro tipo de padecimientos que pueden llevar a la desnutrición como diarrea frecuente, diarrea crónica, problemas pulmonares, problemas del corazón o niños en condiciones especiales, de ahí que es muy importante que los padres conozcan cómo alimentar correctamente a los niños, porque de eso va a depender su futuro, ya que los aportes nutricionales que damos al niño va a determinar una vida sana en el futuro.
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Membreño señala que para alimentar saludablemente a los niños no es necesario un gran presupuesto, sino hacer un adecuado balance de los alimentos con los que contamos, entre ellos debe incluir el grupo de los carbohidratos que dan energía al cuerpo, de ahí que en cada tiempo de comida debe incluir arroz, frijoles o puede ser tortilla, plátanos, papas, pastas, panes.
“Con arroz y frijoles estamos completos, tenemos la costumbre de darles la sopita de frijoles, pero se le debe dar el arroz y el frijol, aunque ponga la sopa, porque combinado le da una proteína de alto valor biológico y este se debe combinar con alimentos que vayan a formar músculos, este puede ser huevo, queso, cuajada, leche, y cuando se pueda pollo, pescado, carnes de res, pero si tiene arroz, frijoles y huevo puede nutrir adecuadamente al niño”, recomienda la especialista.
La doctora también recomienda incluir las frutas y los vegetales que tenga al alcance y evitar los jugos, galletas, golosinas, porque no aportan ningún nutriente al niño y se puede desnutrir, porque estamos gastando en darles cosas que no contribuyen a su nutrición y adecuado desarrollo.
Señales de alerta
Una de las recomendaciones de la doctora Membreño para evitar desnutrición severa es llevar a los niños a control de crecimiento, pero, además, hay que estar alerta y vigilar que esté creciendo, si está muy delgadito, si ven que pierde peso o la ropa de hace dos años aún le queda, hay que estar alerta.
“Si vemos que el niño no crece, no sube de peso, es una alerta de que algo le está pasando, o niños que tienen infecciones a repetición, diarrea, cuadros respiratorios y se van quedando bajos de peso, entonces hay que buscar ayuda y aunque el niño este sano llevarlo a sus controles de crecimiento y desarrollo, para que el médico lo pese, lo mida y nos percatemos tempranamente si el niño está teniendo algún problema de mal nutrición y evitar una desnutrición severa”, señala Membreño.
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La doctora menciona que un niño desnutrido puede ver afectado su desarrollo cerebral, puede presentar problemas de aprendizaje, pierde tamaño que no podrá recuperar y su sistema inmunológico es más débil por lo cual se enferman con frecuencia.
Explica además que hay casos de niños que se ven gorditos y por eso creen que está saludable, sin embargo, lo que puede pasar es que está inflamado.
“A veces es costumbre dar atol de (sorgo) millón o frecuentemente ingieren esto, y al no tener adecuado aporte de proteína, leche, pollo, pescado, queso, al no ser alimentado adecuadamente, el niño se inflama, las personas lo ven hermoso, gordito, pero es un niño inflamado, se ve brilloso, palidito, es un tipo de desnutrición por falta de alimentos con proteínas, es muy importante ver el tipo de gordura que tiene y la alimentación, si se ve así no está sano, está desnutrido”, dice.
El otro extremo de la malnutrición es la obesidad y el sobrepeso. Según el censo nutricional del 2020, en Matagalpa el 8.5 por ciento de los niños menores de 5 años estaba en sobrepeso y el 4.0 por ciento tenía obesidad.
En el caso del sobre peso o la obesidad, Membreño indica que cuando ve que el niño va subiendo mucho de peso hay que buscar ayuda médica, ya que esto no significa que está saludable.
“La obesidad es una enfermedad crónica inflamatoria y debemos ser conscientes de la gravedad de este problema que conlleva a un daño de hipertensión arterial, colesterol alto, hígado graso, problemas de autoestima, sus pies, sus piernas se deforman por exceso de peso”.
Además, un niño obeso corre el riesgo de llegar a la vida adulta joven también obeso, con problemas crónicos que afectan su calidad de vida.
Lo más importante para evitar problemas de mal nutrición, según Membreño es evitar los cereales azucarados, exceso de azúcar, comidas chatarra, galletas, jugos. La doctora recomienda para las meriendas frutas, agua, yogurt, además de practicar alguna actividad física.
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