Boleros y música disco eran los géneros musicales que más sonaban en la Jennifer, una emblemática discoteca que funcionó en la década de 1980 en la salida suroeste de la ciudad de Matagalpa, donde eran populares los concursos de bailes.
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Lo que para muchos fue “la mejor disco” de Matagalpa, es ahora una carpintería perteneciente a Pablo Mendoza, quien alquila el local desde hace 12 años, preservando los espacios de lo que fue el centro recreativo.
En el local todavía es posible apreciar lo que fue el área del bar y la pista de baile donde colgaba la esfera de espejos que reflejaba las luces de colores y donde ahora los carpinteros tienen herramientas y equipos con los que elaboran puertas, muebles, entre otras obras.
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Aunque la música era variada, Uriel Ramón Cardoza Sánchez recuerda particularmente la canción Bailemos en la voz del español Lorenzo Santamaría, porque fue la pieza musical que bailaron al comenzar su noviazgo con Elietha Espinoza.
Cardoza Sánchez recuerda que conoció a Espinoza un viernes en la Jennifer y desde entonces comenzaron a salir, se enamoraron y han perdurado 39 años juntos.
La pareja participó en un concurso de baile que ganaron en febrero de 1983, recuerda Cardoza.
Por su parte, Norma Torres y su esposo Job Celso Rosales también llegaban a esa discoteca cuando estaban de novios y recuerdan que era un ambiente sano y alegre para disfrutar en fines de semana.
Henrry Tinoco señala que la Jennifer “era un lugar sano, bonito, había buena música. No había esas locuras de ahora. Nosotros salíamos de ahí 11 o 12 de la noche y salíamos tranquilos a nuestras casas, ahora es un peligro andar en las calles”.
Pero, además de la buena música en el sitio, Tinoco dice que allí ofrecían el famoso plato de conejo a la plancha “con todas las de ley, con arroz, tajaditas, nos ponían papitas fritas. Era bárbaro eso”.
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