Exhortando a “amarse los unos a los otros, como Dios nos ha amado”, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, celebró una misa desde la parroquia Santo Cristo de Esquipulas en Las Colinas de Managua, donde se mantiene en una jornada de ayuno y oración indefinida, desde la noche del jueves 19 de mayo, después que agentes policiales le dieron persecución durante todo el día e incluso cuando estaba con su familia.
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El obispo reafirmó su decisión de mantener la jornada de oración y ayuno hasta que les sean respetado sus derechos constitucionales y, durante la misa, aseguró que “yo no tengo deuda con nadie”, y dijo que en su corazón no hay odio contra nadie, sino amor.
Monseñor Álvarez profesó su amor a “todos mis hermanos” obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, a los sacerdotes, a quienes calificó como pastores del pueblo y pastores de esperanza, pero principalmente a la feligresía.
Mientras tanto, el clero de la Diócesis de Matagalpa emitió un comunicado este 20 de mayo, en el que expresan «tristeza y preocupación por el acoso y hostigamiento que en los últimos días agentes de la Policía han venido ejerciendo en contra de nuestro Padre y Pastor, mons. Rolando José Álvarez…».
Además, exhortan a quienes «ejercen el poder terrenal a ser humildes y sensatos y además respetar la dignidad de toda persona y de manera particular a respetar a los ungidos del Señor».
En todas las parroquias de la Diócesis de Matagalpa fueron convocadas jornadas de adoración Eucarística, oración y ayuno en comunión con el obispo Álvarez.
“La razón de todo sacerdote es el amor a Dios y a todos ustedes, para eso vivimos, para eso existimos. Pero también, he de decir que amo a todos estos hermanos policías que están rodeando, cercando el templo (Santo Cristo de Esquipulas) de Las Colinas, no tengo nada contra ellos, amo a los (policías) que ayer me anduvieron persiguiendo todo el día, entiendo que reciben órdenes y las cumplen, amo a la jefatura nacional de la Policía que son los que siguiendo órdenes también las dan, amo a los gobernantes, sí, al presidente (Daniel Ortega), a la vicepresidenta (Rosario Murillo). Yo no tengo nada contra ustedes, mi corazón está libre, yo no tengo deudas con nadie”, dijo el religioso.
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Tanto Ortega como Murillo han atacado en sus alocuciones a los obispos y sacerdotes, tildándolos incluso de terroristas.
“Esos obispos son terroristas también, claro que son terroristas. En otros países estarían juzgados ya, ahí mismo en Costa Rica estarían detenidos, estarían juzgados, porque tienen unas leyes ahí en Costa Rica donde le ponen condiciones a los sacerdotes y todo en cuanto al mensaje que pueden dar”, dijo Ortega en una de sus apariciones en octubre del 2021.
Murillo también ha vociferado contra los sacerdotes y obispos durante sus alocuciones del mediodía e incluso los ha acusado de cometer crímenes. “Yo creo que debería darles vergüenza a los que todavía se atreven a vociferar, claro, cobardemente, a vociferar ocultados, agazapados, unos cuantos son, pero sobre todo los que vociferan en nombre de Jesucristo, a esos es a los que más acusamos, con las fortalezas de espíritu, de almas cristianas. Acusamos a los que violentan el evangelio cristiano y violentaron el evangelio cristiano y azuzaron crímenes de lesa humanidad”, dijo Murillo a inicios de abril de este año.
Un acto de salvación
Álvarez explicó en la misa que celebró este viernes que, si hubiera algún tipo de rencor o peor aún de odio en su corazón, no podría ni tendría el permiso del Señor para realizar el evento de salvación que está realizando con la jornada de ayuno y oración.
El obispo aclaró que no es una huelga de hambre la que está realizando, sin embargo, mantiene su posición de ingerir solo agua y suero. “No es una huelga de hambre, es una jornada de oración y ayuno, serio en el Señor, discernido, orado, meditado, reflexionado a la luz del Evangelio, a la luz del Señor, de Jesús Sacramentado, este es un acto de salvación el que estoy realizando, no es político, es un acto de fe, un acto de salvación que tiene implicaciones sociales, porque fue movido debido a esa persecución de la que fui objeto el día de ayer, esa violación a mis derechos constitucionales, esa violación a mis derechos individuales como ciudadano que soy y que no voy a permitir que se me violen”.
En cuanto a ingerir solo agua y suero el religioso dijo que no va a faltar a la ética ni a la moral, “no voy a engañarme a mí mismo, ni a Dios, pero lo hago precisamente porque me siento movido por el Divino Espíritu, me siento guiado por el Divino Espíritu, con toda sencillez lo digo, con toda normalidad, Dios sabe que es sin ningún tipo de pretensión, sin vanagloria, orgullo ni nada por el estilo”.
El obispo aconsejó no guardar odio en el corazón, “porque el odio no solo envenena, sino que hace morir en vida a una persona, el que odia no vive, está muerto en vida”.
“No estamos movidos por intereses mezquinos, ni secundarios, ni mundanos, no buscamos poderes humanos, no los necesitamos cuando contamos con el poder de Dios”, dijo el obispo, quien finalizó su homilía haciendo un llamado a amarse los unos a los otros “como el Señor nos ha amado y dejémonos amar”.
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