El sacerdote Uriel Vallejos, titular de la Parroquia Divina Misericordia en el municipio de Sébaco, departamento de Matagalpa, denunció que junto a su conductor fueron retenidos por al menos 20 minutos por agentes policiales que permanecen en una caseta afuera de la Nunciatura Apostólica en Managua.
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Todo sucedió a las 11:00 de la mañana, confirmó el religioso, quien es un fuerte crítico de las violaciones a los derechos humanos en el país, arreciadas desde el estallido de la crisis sociopolítica en abril de 2018.
De acuerdo con el sacerdote Vallejos, este lunes fue a la Nunciatura para entregar “una encomienda al Encargado de Negocios”, sin embargo, los policías que estaban en la caseta, “tomaron fotografías de la camioneta, se bajó el chofer, le tomaron fotografías, y se miraba que estaban interactuando con otra persona, enviando y tomando videos”, relató el sacerdote Vallejos.
El nuncio apostólico, Waldemar Stalislaw Sommertag, abandonó su misión diplomática en Nicaragua el 6 de marzo pasado y el Secretario de la Nunciatura, monseñor Marcel Mbaye Diouf, quedó a cargo de la misión diplomática como encargado de negocios.
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El sacerdote Vallejos relató que pudo ingresar a la Nunciatura, donde estuvo casi media hora, pero, al salir de la calle de la Nunciatura hacia la carretera, “estaba una patrulla como con ocho oficiales, y vino uno de ellos, el de (la especialidad de Seguridad de) Tránsito a pedir documentos al chofer”.
“Después vinieron cuatro (policías más), dos se pusieron al lado del copiloto y otros dos donde estaba el chofer pidiéndome los documentos a mí. Le dije que no podía, si no era yo el que andaba manejando y si ya el chofer le había dado sus documentos. Entonces, dijeron que mientras yo no les daba mi cédula, no nos daban permiso de que la camioneta se pusiera en marcha. Fue ahí donde le expresé lo que está en el video”, contó el padre Vallejos.
El sacerdote tuvo que entregar la cédula, mientras los policías continuaban comunicándose presuntamente con sus superiores. Alrededor de 20 minutos más tarde, le regresaron el documento de identidad y el religioso pudo marcharse y continuar con sus diligencias.
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