El sacerdote Sadiel Eugarrios Cano, primer vicario de la parroquia San Pedro Apóstol, con sede en la Catedral de la ciudad de Matagalpa, en su homilía del tercer domingo de Cuaresma, este 20 de marzo, dijo que ante los acontecimientos sociales el pueblo siempre desea escuchar a sus pastores “y por eso el maligno siempre ataca a los pastores porque quiere que los pastores también se callen, que no digan nada, que se queden encerrados en sus sacristías”.
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“Eso le encanta al maligno. Eso les encanta a los poderosos, que los pastores se queden como perros mudos y por eso los persiguen, los amenazan, los exilian, inclusive se atreven a conspirar para matarlos. Así trabaja el maligno”, agregó el sacerdote.
Sin embargo, el sacerdote Eugarrios Cano, asegura que “si hay algo que ningún poderoso de turno puede hacer es mover la fe de un pueblo».
«Moverá a sus adeptos con prebendas y dinero o por algún cargo, los moverá por eso, pero a nosotros nos mueve la fe que es el mejor regalo que Dios nos ha dado. La fe en el único Dios vivo y verdadero que nos hace a nosotros escuchar a nuestros pastores y al magisterio de la iglesia que lleva más de dos mil años”, aseguró.
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El religioso dijo además que “la única institución que puede y tiene la autoridad moral de decirle las cosas a como son, es la Iglesia. Aunque, ciertamente a lo largo también de la historia, es una Iglesia de luces y sombras. Eso no hay que negarlo, pero la misión de la Iglesia no se puede detener”.
El primer vicario de Catedral explicó que cuando la Iglesia da su opinión o interpretación sobre un hecho de relevancia social, no lo hace bajo mero presupuesto de análisis sociopolíticos o culturales, “la iglesia cuando da su opinión no solo habla por hablar, habla con base y dice las cosas a como son. Aunque le duela y se sientan chimados los causantes de tanta maldad en la sociedad”.
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Durante su homilía el sacerdote refirió que en Nicaragua nada está normal indicando que “si estuviese normal aquí ya se hubiesen presentado a los asesinos de las cuatrocientas y picos de personas, si aquí estuviese normal en nuestra patria ya hubiesen regresado los miles de exiliados que necesitamos a toda esa juventud que se fue, si aquí estuviera normal la gente no andaría con miedo, la gente saliera a las calles a vivir como hermanos, a estar como hermanos”.
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