La fundación Familias Especiales Santa Julia Billiart en la ciudad de Matagalpa, está en una situación difícil y ha tenido que reducir costos prescindiendo de personal y cerrando algunos de sus negocios.
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Familias Especiales apoya a padres y madres que tienen hijos con discapacidad. Sin embargo, ahora es un verdadero reto la sostenibilidad para los docentes y dirección de esta fundación matagalpina que, de acuerdo con Jorlin Blandón, encargada del área de Arte Especial, esta organización sigue sin recuperarse de todos los eventos que han afectado al país en los últimos tres años.
“Primero fue la situación de la crisis política que se vivió en Nicaragua y ahora con la pandemia (de la Covid 19) la fundación estuvo dos meses sin operar, después de eso se decidió retomar las labores, porque si no entraba dinero no íbamos a poder mantenerla”, expresó Blandón.
Menos personal, trabajos desde casa y cierre de programas, son secuelas de los malos momentos enfrentados en estos últimos años.
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El programa Yogurt con Amor fue por algunos años una entrada económica Familias Especiales. Allí elaboraban yogurt para vender, además, generaban empleo, pero no fue autosostenible y tuvo que ser cerrado.
“Contábamos al inicio de (este) año con 12 personas trabajando, ahora quedamos 10, también teníamos un personal becado, pero, no ha regresado desde la pandemia, ya que son personas con discapacidad que no pueden exponerse. Sólo el personal contratado pudo retomar sus labores”, lamentó Blandón.
“Hemos asumido más trabajo, nos volvimos multifuncionales y no tener que contratar a otras personas y eso nos ha ahorrado salarios. Estamos optimizando la mano de obra y haciéndolos más versátiles para que aprendan de todo un poco y no dependan de solo una actividad”, expresó Blandón.
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Jazmina Moncada tiene más de tres años laborando para la Fundación, ella y otras personas con discapacidad cuentan con ese empleo, en el que aseguran sentirse contentos ya que les enseñan a hacer diversos productos.
“Es un logro para mí, porque he aprendido a hacer bolsas, es bueno aprender para saber algo en la vida, me han puesto en piñata y también he aprendido algo en pintura, me distrae bastante, me gusta hacer esto de manualidades, ya más o menos he agarrado la práctica en varias áreas”, comentó Moncada.
Ella comparte todos los días con Ángela García y Henry López, ambos jóvenes con discapacidad auditiva, quienes se desarrollan en otras áreas.
“Me gusta trabajar aquí mucho lo que es pintura, mantas, vírgenes o en diferentes moldes de cartón, serigrafía en telas, tengo experiencia en carpintería y estoy contento”, dijo Henry.
Por su parte, García cuenta que ha sacado provecho de lo que ha aprendido con Familias Especiales y desde hace meses ella en su casa elabora arreglos y obtiene ingresos haciendo trabajos manuales.
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Según Carol Martínez, coordinadora de programas sociales de la fundación, ellos atienden a 375 familias en las áreas de hipoterapia, atención de educación primaria, psicológica, fisioterapia y salud mental. Debido a la emergencia sanitaria del Covid-19 algunas de las atenciones y clases las están realizando en los hogares de las familias beneficiadas.
La Fundación Familias Especiales realiza una gran labor desde hace 25 años. Ellos tienen diferentes iniciativas como Casa Dorothy, Centro Girasol, Recicle y Parque infantil para sostenerse, pero no son suficientes. Así que el mes de diciembre es una oportunidad de ingresos económicos para ellos, porque elaboran bolsas, adornos navideños y los tradicionales viejos que, según ellos, en estas fechas son buenos para comercializar.
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