El obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, instó a los cafetaleros a que paguen 70 córdobas por cada lata de café cortado, considerando la mejoría en los precios del grano.
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Sin embargo, los productores resienten la falta de financiamiento y los incrementos en los costos de los insumos; mientras, la cosecha del ciclo 2021-2022 ha entrado a la fase de máxima recolección en el departamento de Matagalpa y está adelantándose en Jinotega e incluso en Nueva Segovia.
El llamado del obispo a los caficultores sucedió al iniciar la homilía en la misa que presidió el viernes 3 de diciembre reciente, cuando administró el Sacramento de la Confirmación a adolescentes en la parroquia San José Obrero en El Tuma, una de las principales concentraciones urbanas en El Tuma-La Dalia, Matagalpa.
Monseñor Álvarez comenzó agradeciendo el “testimonio” del sacerdote Erick Díaz, titular de la Parroquia San José Obrero, quien ha emprendido los proyectos de ampliar y mejorar la casa cural y el templo parroquial y, para recaudar fondos, ha encabezado a un grupo de feligreses con los que ocasionalmente van a cortar café.
Obispo agradece a sacerdote
“Amadísimo padre Erick, quiero agradecerle el entusiasmo en el trabajo pastoral que realiza en esta nuestra parroquia de San José Obrero, gracias por su testimonio de entrega, gracias por la cercanía al santo pueblo de Dios. Lo he visto cortar café junto a ustedes, lo he visto desayunar arroz, frijoles y la tortilla y un trozo de queso con café, la realidad de nuestros campesinos”, dijo el obispo.
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– Espero que hayan pagado bien ahí la lata. ¿Cuánto pagaban?, preguntó el obispo.
– A 50 córdobas, respondieron feligreses.
– ¿Y eso es un buen precio, o es regular?
– Regular
– Animamos a nuestros cafetaleros a que paguen más, entonces. ¿Cuánto deberían de pagar, en un buen precio?
– A 70 (córdobas por lata)
“Nuestros cafetaleros me están escuchando. Los animamos a pagar a 70 la lata del café cortado, el rojito, y felicitamos a la hacienda que lo tiene a 75… quiere decir que los otros cafetaleros bien pueden pagarlo a 70”, dijo monseñor Álvarez, mientras una mujer alzaba la voz apuntando: “sí, porque está a buen precio”.
El obispo agregó que el quintal de café en pergamino (fruto lavado) tiene un precio de 3,300 córdobas en el mercado interno.
“Así es que espero que nuestros cafetaleros escuchen este llamado y este clamor no solo del obispo, sino del pueblo, de los cortadores de café que están aquí”, expresó monseñor Álvarez.
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Hasta hace una década, el Ministerio del Trabajo emitía anualmente una “Normativa salarial del café”, diferenciando las unidades de medida usadas en fincas del Pacífico con las utilizadas en Matagalpa, Jinotega, Estelí, Nueva Segovia y Madriz. La última, en 2010, establecía el pago de 27 córdobas por cada lata de café cortado. Desde entonces, el pago ha quedado a merced de la oferta y demanda.
En la presente cosecha, los cafetaleros están pagando en promedio 50 córdobas por cada lata de café cortado, además de dar la alimentación a los cortadores. Este pago incluye prestaciones del décimo tercer mes, vacaciones y séptimo día.
“Nuestras palabras no son demagogia”
En su gratitud al sacerdote Díaz, monseñor Álvarez incluyó a los demás miembros del clero, a quienes calificó como valientes.
“Nuestros sacerdotes han dado un excelente testimonio. Cuando les tocó ser una valla humana para que las piedras y a veces las balas los atravesarán a ellos primero antes que al pueblo, nuestros sacerdotes lo hicieron; cuando les tocó abrir las iglesias para hacer hospitales de campaña, nuestros sacerdotes lo hicieron; y cuando les tocó salvar vidas de un lado y del otro, nuestros sacerdotes lo hicieron”, aseguró el obispo.
Agregó que, “cuando les toca ir a cortar café junto al pueblo, nuestros sacerdotes siguen haciéndolo, no hablamos en vano, nuestras palabras no son demagogia, no son vacías, son palabras que se basan en la realidad, palabras que se basan en lo que vivimos, en lo que vemos, en lo que escuchamos de viva voz”.
“Agradezco en la persona del padre Erick a todos nuestros sacerdotes valientes, a todos nuestros sacerdotes que están siempre del lado de quién tienen que estar, y es del pueblo, nosotros no tenemos otro lado, el único lado es el de ustedes, los campesinos, los trabajadores, los pobres, los que no tienen voz, es del único lado que podemos estar”, aseguró el obispo.
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