“Del Comando El Eskimo…” o bien “de donde fue el Comando El Eskimo”, es una referencia común en los límites de los barrios Salvador Amador, Cinco de Junio y Guanuca, en la ciudad de Matagalpa, Nicaragua.
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Se trata de una casa de dos plantas donde actualmente funcionan varios negocios, en una conexión entre el centro de la ciudad de Matagalpa y el pujante barrio Guanuca, buscando la antigua salida al municipio de San Ramón.
Aprovechando la estratégica ubicación en una esquina, la familia Aráuz Centeno instaló, en la década de 1970, una gran tienda, recuerda Hilda Pravia, una vecina con más de 65 años de residir en la zona.
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Cerca de allí, como a una cuadra de la tienda, se ubicaba la entonces conocida como “zona caliente” de la ciudad, donde miembros de la Guardia Nacional iban los domingos a las cantinas a tomar, buscar prostitutas y a armar tiroteos, recuerda Pravia.
En la tienda de los Aráuz, también vendían helados de la marca Eskimo, por lo que el negocio era más conocido por esa emblemática marca nicaragüense, dice Pravia.
José Aráuz Centeno explica que su mamá Susana Centeno mandó a hacer el edificio, contratando a Juan Elizondo, uno de los más reconocidos constructores de la época.
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En 1979, el edificio fue confiscado y convertido en un comando militar, por lo que la gente comenzó a llamarle el Comando El Eskimo.
El estudioso de la historia matagalpina, Ovidio Castro, cuenta que, con la revolución, no solo la casa de la familia Aráuz estaba militarizada, sino toda la zona por lo que las mujeres de lupanar también se fueron del lugar con destino incierto.
Ya en los 90, buena parte del local fue regresado a la familia Aráuz y es alquilado para varios establecimientos comerciales.
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