El obispo de la Diócesis de Matagalpa y Administrador Apostólico de la Diócesis de Estelí, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, consideró este domingo 26 de septiembre, que para los nicaragüenses “es fundamental”, y urgente buscar su libertad interior para poder ser realmente libres.
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Monseñor Álvarez ha señalado antes que esa libertad procede de Dios, que nadie la regala y que es inviolable, porque cada quien es libre interiormente para profesar la fe, para pensar según su propio criterio, para luchar y trabajar por ideales nobles, para perdonar, pero también “para conquistar nuevos espacios de paz, de justicia, de misericordia…”.
En la homilía de la misa que presidió este domingo en la catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, el obispo Álvarez aseguró que, “para nosotros los nicaragüenses, diría, es fundamental, es necesario, es urgente e incluso es imprescindible, buscar esa libertad interior; porque ya podríamos tener grandes obstáculos, dificultades de todo tipo para ejercer cualquier especie de libertad, aún las más fundamentales y básicas, pero, si hemos conocido la libertad interior, realmente, realmente, a pesar de todo, seremos siempre libres”.
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“Cuánta necesidad de libertad interior tenemos en Nicaragua, libertad interior para reconocer con humildad que no solo los de mi lado, de mi grupo, de mi partido, tienen la razón o más aun la verdad. Libertad interior para reconocer que solo juntos podríamos construir una gran nación. Libertad interior para abrir las cárceles a las ideas de los otros y no tener miedo al diálogo, a la conversación, como también a las divergencias y hasta las contradicciones o diferencias cuando estas son puestas en la mesa común”, continuó monseñor Álvarez.
A criterio del jerarca católico, esa libertad interior impide temer al futuro, pero permite descubrir en los demás “algo o mucho de bondad”.
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Los nicaragüenses también requieren de la libertad interior, dice el obispo, “para no tener miedo al poder o apegarse, aferrarse a él. Libertad interior para permitirle al otro expresar libremente sus ideas. Libertad interior para permitirle al otro que manifieste sus ideas sin miedo a lo que vendrá. Libertad interior para comprender que Nicaragua es de todos, que Nicaragua somos todos”.
“Solo quien es libre interiormente puede rectificar, puede llamar y mirar a los ojos, hablar al corazón sin prejuicios ni estrategias ni cálculos, solo quién es libre interiormente puede decir con sinceridad ‘yo acojo al adversario y le doy su lugar’. Solo quien es libre interiormente podrá ser un hombre, una mujer que viva para la libertad, que viva en libertad y por la libertad, porque seguimos recordando la palabra de Dios: para ser libres nos liberó Cristo”, finalizó.
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