El doctor en medicina pediátrica Clarence Silva Martínez lleva más de 50 años de ejercicio profesional en la ciudad de Matagalpa. Entre distintas funciones administrativas, fue director regional de Salud para Matagalpa y Jinotega y director del Hospital César Amador Molina. Recientemente recibió un homenaje de la Sociedad Nicaragüense de Pediatría, capítulo Matagalpa, por su extensa labor profesional y entrega en beneficio de la niñez nicaragüense.
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Aunque está jubilado, el doctor Silva ofrece consultas privadas a un número de pacientes en su casa en Matagalpa.
Destacando en su campo profesional, la municipalidad le distinguió declarándole Ciudadano Notable de Matagalpa, en 2011.
Hijo de Ángel Silva Romero y Catalina Martínez Mendoza, Clarence nació el 31 de marzo de 1937 en una casa de la Comunidad Indígena de Matagalpa, en el barrio Palo Alto. Fue criado por sus abuelos paternos, José María Silva y Sara Meléndez, quien fuera la segunda esposa de su abuelito.
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El doctor Silva relata que estudió la educación primaria en Matagalpa en el llamado Colegio Evaristo Carazo, dirigido por el profesor Eliseo Picado. Ya la secundaria la estudia en Managua, “por tradición familiar”, en el Instituto Nacional Central Ramírez Goyena.
En 1957 ingresa a la Universidad Nacional de Nicaragua en León, para obtener el título de Médico y Cirujano, su Internado Rotatorio lo realizó en el Hospital El Retiro de Managua y se graduó en 1966.
Pero ya en 1965, estuvo como médico en el municipio matagalpino de Matiguás, donde estuvo dos años con su familia, pues en 1961 se había casado con Dolores Montoya Matus, con quien procreó cuatro hijos: Clarence, Edwing, Aura Ivonne y Tania Alejandra.
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En 1968, el doctor Silva recibe una beca de la Organización de Estados Americanos (OEA) para para realizar el Curso de Iniciación en Pediatría en el Hospital Infantil de México, con duración de un año. Sin embargo, por los méritos académicos, el Gobierno de México le extendió la beca por dos años más para estudiar la especialidad en Pediatría, otorgándole ese título la Universidad Nacional Autónoma de México.
En 1971 regresa a Nicaragua, y empieza a trabajar como pediatra en el Hospital Trinidad Guevara de Matagalpa, hasta el año 1977.
El doctor Silva considera que él, como buena parte de la población, tenían en ese tiempo mucha simpatía a favor de los movimientos revolucionarios y de este sentimiento tampoco se escaparon lo médicos: “Efervescencia política, muchos nicaragüenses nos involucramos”, dice.
A finales de 1979, el doctor Silva es nombrado Jefe del Departamento de Pediatría y en 1980 como subdirector del Hospital Trinidad Guevara, hasta 1981.
Entre 1981 y 1984 fungió como Director Regional de Salud para los departamentos de Matagalpa y Jinotega, pero posteriormente pasó a ser especialista y docente en el Departamento de Pediatría del Hospital César Amador Molina de Matagalpa, hasta 1987, cuando le destituyeron porque estaba en desacuerdo con el trato que se les daba a los profesionales de la salud: “A veces como funcionario, vos señalás una deficiencia, un error, una falta y eso no es de agrado para el gobernante de turno”, explica.
De 1996 a 1997, el doctor Silva fue director del Hospital César Amador Molina, por petición de políticos del gobierno de Arnoldo Alemán.
“Sí, yo acepto, pero mi trabajo va a ser administrativo”, habría condicionado el doctor Silva, pidiendo que no le obligaran a participar en manifestaciones políticas, sin embargo, explica que sus compañeros de trabajo empezaron a socavar sus labores porque él no había participado en la campaña de Alemán.
Refiriéndose a su suerte en los gobiernos de turno de Nicaragua expresa: “Los tres me corrieron (Somocismo, Sandinismo y Alemán), pero siempre por señalar, por protestar cosas que no las veíamos correctas”.
El doctor Silva dice que no se arrepiente de haber optado por la medicina como profesión, y afirma que “el trabajador de la salud o cualquier empleado de ese tipo, le toca trabajar con el gobierno que esté, los hospitales no tienen letreros”.
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