Padre Pablito, le decían en el pueblo y en toda la Diócesis de Matagalpa al sacerdote Pablo Espinoza Mendoza. El diminutivo era más por cariño y cercanía, nada que ver con la estatura promedio del religioso que, en la última década, fungió como titular de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, en el municipio de Rancho Grande, departamento de Matagalpa.
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El padre Pablito falleció en las primeras horas de este viernes 16 de julio –fecha en que la Iglesia conmemora a Nuestra Señora del Carmen– en un hospital de Managua, presuntamente por complicaciones asociadas a la pandemia de la Covid-19, por lo que sus funerales fueron en la mañana del mismo día en su natal comunidad Las Mangas del municipio de San Isidro, Matagalpa.
Ordenado sacerdote el 13 de marzo de 1993, el padre Pablito destacaba por su sentido del humor. Siempre había espacio para un chiste.
El exobispo de Matagalpa y actual arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, recordaba que, en una ocasión, estando fuera de Nicaragua con el padre Espinoza, le pidió que lo acompañara a una librería y él “andaba buscando un libro de chistes, yo me quedé asustado: ‘de aquí sale todo su repertorio’, yo creí que buscaba algún libro de teología o de pastoral, (pero) no, era el libro de chistes”.
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La anécdota la contó el cardenal Brenes en la celebración del 25 aniversario de ordenación sacerdotal del padre Espinoza, realizada el 7 de abril de 2018 en el campo aledaño a la iglesia Nuestra Señora de Fátima en Rancho Grande.
En una entrevista que, en la celebración de sus Bodas de Plata Sacerdotales, concedió al programa Antorcha del periodista Celso Martínez Orozco, el padre Espinoza recordó que fue el segundo sacerdote que ordenaba monseñor Brenes, porque el primero fue el padre Jaime Montesinos, en septiembre de 1992.
El vicario de Pastoral de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Edgard Sacasa, recuerda al padre Espinoza como “muy cercano, mantenía ese contacto personal con los campesinos, se cultivaba mucho, se preparaba mucho para sus homilías… brillante”.
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El padre Pablito estudió derecho canónico en El Vaticano. Su voz gruesa quedó grabada en la emisora Estéreo Fátima que impulsó en la parroquia.
Congruente con sus prédicas, el padre Espinoza destacó en la defensa del medioambiente y la Iglesia Católica en Rancho Grande, junto a iglesias de distintas denominaciones evangélicas y organizaciones no gubernamentales, se opusieron al desarrollo de la minería en el municipio.
El 3 de octubre de 2015, el propio obispo de la Diócesis, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, junto al padre Espinoza participaron de una masiva peregrinación en favor del medioambiente en Rancho Grande, en la víspera de la fiesta eclesiástica de San Francisco de Asís. El régimen de Daniel Ortega, que el mismo día hizo una contramarcha en el municipio, tuvo que desistir, y declaró inviable la minería en ese territorio.
Del lado del pueblo, el padre Pablito fue una de las voces que denunció una serie de abusos policiales contra los habitantes de Rancho Grande, días después que la oposición denunció un fraude electoral en los comicios de noviembre de 2017.
El 18 de noviembre de 2020, el padre Pablito también estuvo asistiendo a los afectados por el deslizamiento de tierra en el Macizo de Peñas Blancas, en El Tuma-La Dalia.
“Es muy dramático, muy caótico”, describió el religioso sobre esa tragedia.
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