Daniel de Jesús Moreno González, “Cholina”. Nacido el 3 de enero de 1962. Hijo de Serafín Moreno Pineda, obrero de la construcción, quien por muchos años le dio mantenimiento y manejó la pizarra del estadio de Jinotega, y de la señora Matilde González Castro.
Hermano de la gloria del deporte jinotegano Roger Sebastián Moreno.
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Bachiller del Instituto Nacional Benjamín Zeledón y Licenciado en derecho de la Universidad Popular de Niacaragua (Uponic).
Dirigente del Movimiento Comunal Nicaragüense. Concejal del municipio de Jinotega desde 2008.
Las calles del Barrio Sandino, otrora Barrio España, han lucido empedradas de apodos, de toda índole, pero entre todos ellos hay uno que sobresale por sí solo y es el del singular Cholina; dueño de una personalidad “pegajosa”, de esas muy difíciles de pasar desapercibidas.
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Tiene ya varias décadas de no vivir en ese barrio, pero es como si su presencia se haya quedado incrustada ahí. Inamovible.
Es Cholina el máximo representante del movimiento comunal en Jinotega, desde 1992, cuando firmó el acta constitutiva de Movimiento Comunal Nicaragüense, junto a un grupo de líderes de barrios y comarcas del país.
Camina mientras platica y platica mientras camina, en un corre y corre que nos recrea a las películas del cine mudo, protagonizadas por Harold Lloyd. Casi siempre anda buscando como resolver los problemas de alguien y en ese afán se graduó de abogado, en busca de vincular el derecho a su misión social, pero al final decidió guardar su título y seguir su vida de dirigente comunal, desde donde cada año celebra la navidad pidiendo ayuda para cocinar una sopa gigante que ha llamado “La olla comunal”, donde los vecinos del barrio convergen en unidad espiritual para celebrar el nacimiento del mesías.
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En su misión de líder comunal una vez se encadenó a la entrada de la Catedral, en huelga de hambre para demandar mejores carreteras para el departamento; al querer finalizar se le extraviaron las llaves de las cadenas y tuvo que pasar 2 días más en ese lugar.
Desde niño fue un estudiante inquieto, hiperactivo, jodedor, rebelde, y las aulas de la Escuela Superior de varones, Domingo Faustino Sarmiento y del Instituto Nacional Benjamín Zeledón, darían testimonio de su personalidad. Siempre trató de enredar a sus maestros para ocultar el hecho de no haber estudiado para la clase; por ello el recordado Profesor, Juan Pablo Rivera, lo ponía de ejemplo entre sus compañeros de clases y les decía: “Vean ustedes como no es necesario viajar a México para encontrarse con un cantinflesco”
Cholina también es reconocido por su buen humor. Su manera tan fácil de tratar con la gente, muchas veces lo ha metido en problemas. Una vez creyó ver caminando a una amiga suya y la haló del cabello hasta botarle los lentes, pero cuál ha sido su sorpresa que no era su amiga, sino que se trataba de la suegra de un reconocido músico y profesor de la ciudad, a cuya familia todavía sigue pidiendo disculpas.
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Es de esas personas que parece haber nacido con el apodo. En ningún lugar, ni siquiera en su casa, le pronuncian su nombre, y es que lleva más de 50 años con él, desde que a La Señora Rosa Picado, mamá de Doña Victoria Rodríguez, esposa de Juan “Conejo” Jarquín, se le ocurriera llamarlo “Gancholina”, debido a su naturaleza de vivir “Ganchoneando”, para arriba y para abajo, en las cercanías de puente Centroamérica, donde vivía.
Recuerda Cholina que doña Rosa, muy amorosa siempre le decía a Doña Matilde, su mamá: “Decile a Gancholina que venga a comer” y de esa manera le comenzaron a llamar así, hasta llegar a residir al Barrio España, donde el Gancholina se convirtió rápidamente en Cholina, para llegar a ser uno de los apodos más relevantes de nuestra Jinotega contemporánea.
Jamenber 100521
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