Hoy aparece en escena un personaje que se ha granjeado el cariño y el respeto de Jinotega a base de sacrificio, coraje y disciplina deportiva. Su apodo es sinónimo de deporte: Pilón.
Leoncio Amadeo Suárez Martínez: Pilón
Hijo de la Maestra Máxima Gilma Martínez Tercero y de Juan de Dios Suárez Aragón, originario de Chontales.
Nacido en Jinotega, el 5 de diciembre de 1958
Casado con la señora Rafaela Chavarría.
Reconocido deportista y cronista deportivo de Jinotega.
Su apodo de “Pilón” es sinónimo de deporte en Jinotega.
Es difícil desvincular la imagen de este moreno espigado de la historia del béisbol jinotegano, pues ha brillado en todas sus esferas. Desde muy niño, Pilón juega, dirige, narra, comenta y anuncia ese deporte, por lo que siempre se ha asegurado que es el “gran gurú” del béisbol jinotegano.
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Su pasión y su carácter de estratega y de excelente mánager lo han llevado a levantar en muchas ocasiones la copa de campeón del béisbol Mayor “A” y a formar parte del cuerpo técnico de nuestro equipo Brumas, de Primera División.
Pero reducir a Leoncio Amadeo Suárez Martínez a los campos de béisbol, sería, sin duda, una tremenda injusticia. Él ha hecho brillar su imagen en el atletismo, el boxeo y su legendario apodo se lo debe a sus grandes habilidades en el dominio de una pelota de plástico, cuando jugaba futbol en el patio de la escuelita del entonces barrio España.
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El profesor Henry Chavarría lo vio correr y descubrió en él su talante de atleta, por lo que lo invitó a entrenar en los campos donde se construía el estadio de Jinotega. De ahí salió con el gran atleta Róger Sebastián Moreno a representar a Nicaragua en los Juegos Centroamericanos de Costa Rica, en 1975. Dos cosas no olvida nuestro personaje, de ese evento: haber visto su nombre, en el periódico Novedades, como miembro de la selección nacional de atletismo; y haber corrido con los zapatos que le prestara la gloria del atletismo nacional, Xiomara Larios.
“Yo viajé a Costa Rica con unos zapatos de tela de mi madre, que costaban 8 córdobas y estaban rotos en la parte del callo. Xiomara me preguntó que si pensaba correr en una pista de tartán con esos zapatos, yo le dije que eso es lo único que tenía y ella, sin pensarlo, se quitó su zapatos y me los prestó para poder correr” recuerda Pilón, con un torozón en la garganta.
Es que la vida de este orgullo del deporte jinotegano, ahora convertido en productor cafetalero, no ha sido del todo fácil, por lo que en muchas ocasiones tuvo que despreciar oportunidades deportivas para dedicarse a trabajar.
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Una vez, también con Roger Moreno, se inscribieron en una escuela de boxeo de “Kid Posicle” que estaba ubicada en la gallera de la familia Barreto, en la calle de los cines. Entrenó durante cinco días y al sexto día estaba boxeando. Con mucho orgullo asegura que se retiró invicto: 1 pelea realizada, 1 ganada, 0 perdidas. Tuvo que quitarse los guantes para seguir trabajando en la gasolinera Chevron, de don Leoncio Senqui Centeno, donde laboró por 17 años.
De sus 63 años de vida, casi 60 los lleva con el sobrenombre de Pilón y la autoría de tan singular apodo se lo debe al ahora comisionado de la policía, Ramón Hernández. Al niño Amadeo su mamá, la profe, Gilma, lo rasuraba pelón “`para hacer rendir los 2 córdobas que costaba la rasurada en ese entonces”, rememora. Su cabeza lucía como la del personaje de historietas “Cocoliso”.
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Una tarde estaban jugando futbol, en el angosto patio de la Escuelita Patricio Centeno, del entonces Barrio España, ahora barrio Sandino. El ágil chigüín corría con la pelota rota de plástico, sin que nadie lo pudiera detener y de pronto Ramón gritó: “Detengan a ese Pilón”; los chavalos repitieron el apodo y al día siguiente a la hora de hacer la escogencia para la “perrera” de la tarde, ya no llamaron a Amadeo, sino que llamaron a “Pilón”, quedando bautizado por siempre como tal.
Leoncio Amadeo ha pensado varias veces en la posibilidad de cambiar su nombre en el registro de las personas, pues de todos modos muy pocos en Jinotega saben su verdadero nombre. Sus hermanos y demás familiares solo le dicen Pilón, el colmo es que sus mismos nietos creen que se llama así y lo llaman: Papá Pilón
Jamenber 040521
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