“A mí me gusta el deporte, he sobresalido siempre”, declara Karla Vanessa Callejas Vásquez, una matagalpina de 33 años que, según refiere, desde muy pequeña ha sido muy inquieta en el mundo de los deportes, ya que ha practicado taekwondo, baloncesto, atletismo, softbol, boxeo, aunque de todos, este último es su favorito.
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Tiene tres hijos y es abuela de una niña. A todos ellos les ha incentivado el amor por los deportes y la buena alimentación.
Callejas recuerda que, de niña, su tío Cristian Vásquez la llevaba a disfrutar de las carteleras de boxeo en Matagalpa; sin embargo, sus comienzos como atleta fueron en el taekwondo con el profesor Álvaro Úbeda.
Fue hasta los 18 años que el boxeo la atrapó. Primeramente, dice, nació como una necesidad de canalizar sus emociones, ya que estaba saliendo de una relación de pareja.
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El primer entrenador de Callejas en el pugilismo fue el profesor Jorge Portobanco, quien la llevó a su primera pelea. Esa vez, recuerda, “yo estaba nerviosa, porque esa peleadora había ido a un centroamericano”.
A pesar de la mayor experiencia de su contrincante, Callejas dice que fue su primera victoria en el boxeo y “allí me empezó a gustar, al mirar y sentir que yo gané, que yo tenía el coraje de poder ganarle a una persona que tenía experiencia, me empecé a disciplinar más”.
No fue fácil, confiesa la atleta, ya que combinaba el boxeo con la maternidad y sus estudios de derecho, pero, su mamá, también llamada Karla, le sirvió de gran apoyo: “Si la pelea era sábado, entonces desde el miércoles, jueves y viernes, ella pasaba dándome sopa de cabeza de pescado, hígado, todo lo que era pura vitamina”.
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Callejas señala que entre el 2006 y 2008 tampoco había las grandes condiciones para hacer boxeo, porque “en esos tiempos era muy difícil hacer una cartelera boxística, había que buscar patrocinio, peleábamos cada cuatro, seis meses”. También era escasa la participación de las mujeres.
Peleando en las 114 libras, la pugilista ganó una medalla de oro por el primer lugar en 2008 y por ese desempeño, el entrenador Guillermo “Polvorita” Martínez (fallecido en 2017) le ofreció integrarse en el Instituto Nacional de Deporte (IND), algo que declinó por razones familiares.
En el Campeonato Nacional Futuras Promesas, obtuvo el primer lugar en su categoría. Hizo una pausa entre 2010 y 2012, pero retomó el boxeo en 2013 con el entrenador Lino Rivas.
Ese año, la matagalpina obtuvo el segundo lugar en el torneo regional Carlos Fonseca Amador realizado en el municipio El Tuma-La Dalia.
Callejas admite que, en su carrera como pugilista, su principal fortaleza ha sido el control de emociones y pensamientos en el ring, dominando los nervios ante un posible mal golpe de su rival.
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Desde 2015, dice Callejas que ha hecho una pausa en este deporte, aunque señala que ha empezado a entrenar a fin de bajar de peso y mejorar sus condiciones físicas. Tiene la aspiración de aprovechar las oportunidades que le salgan.
También apunta que sigue encontrando una manera de distracción en el boxeo ante el dolor por el fallecimiento de seres queridos, aunque actualmente también juega softbol.
Uno de sus principales anhelos, dice Callejas, es “que a mis hijos les encante el deporte, pienso que el que hace un deporte vive una mejor vida, una vida disciplinada”.
Su segundo hijo es Juan Ramón Flores Callejas, de 10 años, quien destaca en la selección infantil de béisbol de Matagalpa y a quien ella acompaña en los viajes a los diferentes torneos.
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