
Allá en la comunidad El Quebrachal, al sur del municipio de Matagalpa, va prosperando la granja avícola de Marlene de Jesús Lúquez, una mujer de campo que sabe cultivar la tierra y que emprendió un modelo de negocio con la crianza, engorde y destace de pollos.
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Empezó hace unos cinco años, recuerda la mujer cuya granja ahora abastece de carne de pollo a los habitantes de El Quebrachal y comunidades vecinas como El Matasano, Jumaiquí y El Carrizal, entre otras.
“La gente en estas comunidades prefieren este pollo, porque es un pollo sin hielo, entonces les rinde”, explica Lúquez.
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De su emprendimiento, Lúquez afirma que destaza alrededor de 50 pollos cada 15 días para abastecer a sus clientes. Algunos van hasta la granja en El Quebrachal para buscar el producto, pero ella también se mueve para ir a varias pulperías a entregar el pollo.
Doña Marlene, como le conocen, entusiasmada recuerda que “a medida de los talleres que he recibido (con organizaciones), algo pongo en práctica, entonces recibí un taller de lo que es plan de negocios, en ese plan de negocio tratamos lo que es engorde de pollos, vimos que se le ganaba algo, entonces se me abrió la idea y la alegría de implementarlo.”

“Esto es algo que fue experiencia propia, decisión propia, yo no consulté a nadie, no le dije a mi esposo, dije yo: ‘el que no se mete al agua, no aprende a nadar’ y así fue que comencé, relata doña Marlene sobre cómo inició su granja.
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Ella contaba con el local y “me dije: ‘aquí es solo sacar un crédito para comprar los pollos, el concentrado y comenzar’. Entonces lo hice”. Explica que la organización de Mujeres Rurales Chabelita Castro le brindó crédito y acompañamiento.
Aunque ya criaba gallinas para el consumo del hogar, doña Marlene admite que no contaba con experiencia para montar una granja como tal, por lo que se fue a preguntar a las personas que tenían emprendimientos similares y a pedir información en las ventas de concentrado para pollos llegando incluso a aplicar nuevas técnicas.
Para el destace contrata a una persona, pero el resto de trabajo, relacionado con el cuido y alimentación de los pollos, lo hace ella.
Además, doña Marlene está aprovechando la gallinaza para abonar las verduras, hierbas y el café que cultiva en su patio.
Estebana Pérez, coordinadora de la red de Mujeres Rurales Chabelita Castro considera que parte del éxito de doña Marlene se debe a que es una mujer organizada, que ha participado en diferentes procesos de capacitación sobre aspectos técnicos en manejo de empresas, pero también en empoderamiento femenino: “Con estos procesos de capacitación las mujeres han roto muchas barreras de desigualdad”, dice.
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