José Alfredo Cruz Zeledón, de 46 años, seguirá preso y debe enfrentar un juicio por parricidio en perjuicio de su hijo Abelardo Josué Cruz López, de 20, a quien habría asestado un tiro en la cabeza, a principios de este mes en el municipio de San Sebastián de Yalí, departamento de Jinotega.
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Así lo decidió el titular del Juzgado de Distrito Penal de Audiencias en Jinotega, Carlos Alexis Molina, quien admitió los elementos probatorios ofrecidos en la audiencia inicial del proceso por la fiscal auxiliar Maryuri de Jesús Ortiz.
El juez Molina sostuvo la medida cautelar de prisión preventiva en contra del procesado, aunque, a petición de la defensa, ordenó que Cruz sea valorado en el área de ortopedia del hospital Victoria Motta de Jinotega, puesto que recientemente fue operado en la región pélvica.
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Asimismo, el judicial programó la audiencia de juicio provisionalmente para el 15 de febrero próximo, aunque esa fecha dependerá de la agenda en el Juzgado de Distrito Penal de Juicios que designe por sorteo la Oficina de Recepción y Distribución de Causas y Escritos.
De acuerdo con la acusación, el parricidio ocurrió aproximadamente a la 1:00 p.m. del 4 de enero reciente en la comunidad La Pavona, frente al empalme que conduce a la comunidad Los Chilares del municipio de San Sebastián de Yalí, Jinotega.
Cruz Zeledón y su hijo Cruz López estaban tomando cervezas en el corredor de su casa, acompañados por los hermanos Marlon Antonio y Holmer Josué Díaz Pineda. Este último tenía un crédito por insumos agrícolas en el negocio de Cruz Zeledón, por lo que le dijo que le buscara la factura para pagarle.
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La Fiscalía relata que Cruz Zeledón fue hacia una bodega, pero su hijo Cruz López lo siguió diciéndole que se iría hacia la cabecera municipal de San Sebastián de Yalí.
“El acusado le respondió a la victima referida que no lo siguiera, porque le iba a pegar un tiro, la referida víctima le contestó que no tenía valor de pegárselo”, refiere la acusación del Ministerio Público.
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Continúa relatando que Cruz Zeledón entró a la bodega y de una gaveta tomó un revólver calibre 3.57 m.m.; Cruz López intentó desarmarlo, pero recibió el balazo en la cabeza que, según la acusación, provocó “la destrucción de los centros nerviosos encefálicos…”.
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