Güiriseros indecisos sobre buscar a colegas en Rancho Grande

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Mineros artesanales, llamados güiriseros, todavía siguen indecisos sobre continuar buscando a colegas suyos que en una cantidad indeterminada pudieron quedar soterrados tras un derrumbe al amanecer de este viernes 18 de diciembre en la mina artesanal Las Brisas, en la comunidad Yaoska, a unos 14 kilómetros de la cabecera municipal de Rancho Grande en el departamento de Matagalpa.

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“Aquí ya hay alboroto. No hay familiares que reclamen muertos y las autoridades por ahorita no están haciendo nada (…) y la gente estaba haciendo excavaciones manuales para ver si se puede llegar al túnel”, comentó este sábado 19 de diciembre uno de los güiriseros evitando dar su nombre. “¿Para qué?”, preguntó.

El derrumbe en la mina artesanal ocurrió al amanecer de este viernes 18 de diciembre. Joel González, un comerciante de broza mineral que permanece en la zona y que considera estar vivo “de milagro”.

Eran las 5:00 a.m., según el relato de González, cuando varias cuadrillas de güiriseros estaban adentro del estrecho e incómodo túnel y unos conocidos suyos le pidieron ir a comprar unas comidas y gaseosas, ofreciéndole además la venta de la broza mineral que obtuvieran en el día.

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“Cuando salí, sentí una cosa fea, como que algo estaba ‘quisqueado’ y les dije a los muchachos que tuvieran precaución… cuando yo estaba por entrar al túnel otra vez, cayó una gran piedra que detuvo el paso y después se vino todita la tierra, fue bastante grande”, contó González, indicando que las personas a las que les llevaba comida, lograron sobrevivir.

Túneles uno encima de otro

La ladera donde estaban construidos los túneles en la mina artesanal Las Brisas en Rancho Grande, Matagalpa. © MOSAICO CSI | L.E. MARTÍNEZ M.

González cree que entre 15 y 18 personas pudieron quedar enterradas, porque había brigadas en los tres túneles construidos uno encima de otro.

Miguel Ángel Mendoza es uno de los güiriseros que trabaja en la mina y contó que en su cuadrilla entraron a las 4:00 a.m. a uno de los túneles, pero “nos dio falla una máquina que trabajamos y le dije a los muchachos: ‘mejor salgamos, porque va y no nos conviene trabajar’, pero estaba otro grupo abajo, allí mismo, y los muchachos que supuestamente quedaron aterrados pasaban arriba de donde estábamos nosotros”.

González y Mendoza coinciden en que los güiriseros eran originarios de distintos lugares, incluso de municipios como Matiguás y Río Blanco, por lo que no había sido posible precisar cuántos y quiénes pudieron quedar enterrados.

Empleados de diferentes instituciones estatales llegaron al sitio, incluyendo a policías y militares. También de instituciones civiles como el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Matagalpa.

Por la tarde del viernes y ante la exigencia de los mineros artesanales, fue llevada al lugar una retroexcavadora para hacer un corte sobre el sector donde presuntamente fue el derrumbe.

Mientras que, en la mañana de este sábado 19 de diciembre, los güiriseros hacían excavaciones manuales y al mismo tiempo bloquearon el tráfico vehicular en la ruta que va hacia Waslala, en el Caribe Norte, para evitar que las vibraciones provocaran más derrumbes, pues los túneles pasan debajo de la carretera de macadán.

Poco después del mediodía, debatían si proseguir o abandonar la búsqueda. Mientras tanto, continuaba el traslado de la broza mineral a la orilla de la carretera.

“Ganancias buenas” dicen güiriseros

La minería artesanal establece toda una cadena: los güiriseros que entran a los túneles a buscar la broza mineral, la venden a comerciantes como Joel González, quien es una especie de intermediario que mantiene el material a la orilla de la carretera.

Broza mineral
Parte de la broza mineral que había sido extraída en la mina artesanal Las Brisas en Rancho Grande, Matagalpa. © MOSAICO CSI | L.E. MARTÍNEZ M.

“Afuera la vendemos (la broza mineral) a otros que, a su vez, venden la broza a los camioneros que lo venden a las empresas (mineras)”, dice González.

Cuando Miguel Ángel Mendoza llegó a la mina Las Brisas a trabajar, comenzó ganando 300 córdobas por cada turno de ocho horas, pero “ya después pedimos que nos pagaran por cargas y así un turno nos salía por 1,800 (córdobas)”.

Sin embargo, hay quienes dicen que podían ganar hasta 4,000 córdobas (unos 115 dólares) por día.

Para esta semana y lo que falta de diciembre, coinciden los güiriseros, tenían el estímulo de seguir laborando en la mina artesanal, porque todo lo que sacaran era para ellos, como una especie de bono.

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