Un deslizamiento de tierra ocurrió este viernes 18 de diciembre en una mina artesanal en la comunidad Yaoska, en el municipio de Rancho Grande, departamento de Matagalpa. Pobladores de la zona reportaron que varias personas podrían estar soterradas, pero esa información no había sido confirmada por las autoridades.
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Miembros del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Matagalpa fueron movilizados desde la cabecera departamental hacia el sitio del derrumbe en Rancho Grande.
La Policía local y personal de la Alcaldía, además de algunos militares, estaban también en el lugar donde permanecían personas que también laboran como güiriseros” en la mina artesanal.
Hasta 2015, en Rancho Grande hubo empresas realizado exploraciones para determinar el potencial de la minería en la zona; pero la población, encabezada por la Iglesia Católica, se oponía al establecimiento de la minería en el municipio.
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El 3 de octubre de 2015, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, encabezó junto al movimiento ambientalista Guardianes de Yaoska, una marcha tan multitudinaria contra la minería, que se quedó minúscula una “contra-marcha” departamental que organizó para el mismo día y en el mismo Rancho Grande, el entonces secretario político departamental del Frente Sandinista en Matagalpa, Sadrach Zeledón.
Días después, el 12 de octubre de 2015, la portavoz estatal, Rosario Murillo anunció que la explotación minera en Rancho Grande había sido declarada “inviable”, según dijo en esa ocasión “por las afectaciones que tendría en el entorno, en la naturaleza, en el ambiente, el modo de vida de las personas, en las fuentes de agua en general”.
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Sin embargo, eso generó el establecimiento de la minería artesanal.
“Nosotros siempre estamos en contra no solo de esa actividad, sino de las consecuencias graves que deja”, comentó Carlos Siles, del movimiento ambientalista Guardianes de Yaoska.
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