El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, elogió la solidaridad de los nicaragüenses, de quienes este domingo 22 de noviembre dijo que siguen sin perder la esperanza, aun en situaciones de desastres, pero también, el jerarca católico propuso poner en marcha un proyecto de nación que tenga al medioambiente como “médula”.
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Durante la solemnidad de Cristo Rey del Universo, el obispo de Matagalpa recordó el pasaje bíblico en el que Jesús dijo a Pilatos que su reinado no era de este mundo, por lo que invitó a los feligreses a contemplar la Cruz como “el único lugar de reinado”, considerando cualquier otro sitio de reinado como “una tentación del demonio”.
Monseñor Álvarez explicó que, sin excepciones, “en cada momento del día, uno tiene la oportunidad de reinar con Cristo en el único lugar en el que se puede, que es la Cruz. No se nos olvide nunca eso: siempre que los aires de soberbia, que los aires de prepotencia, de orgullo, de vanidad, de codicia, de envidia, de imposición, de molestias y enojos mal controlados o descontrolados, cualquier palabra ofensiva, hiriente, todo eso, son lugares o formas o maneras de un reinado que no viene de Dios”.
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Con una asistencia limitada de fieles en la catedral San Pedro Apóstol, como ha sido desde principios de octubre con medidas de prevención de contagios de la Covid-19, el obispo también elogió la “autogestión” de los nicaragüenses para cuidarse de esa pandemia.
“Este pueblo es maravilloso. Cuántas calamidades se nos han venido encima a nosotros, crisis tras crisis, agobios tras agobios, pandemia, huracanes, deslaves desbordes de ríos, pobreza, desempleo, subempleo, falta de oportunidades, hambre, pero qué cosa más bella, no perdemos la esperanza”, dijo el obispo.
Agregó que la fe de los nicaragüenses está puesta en Cristo, cuyo reinado “nos enseña a amarnos en el servicio que se hace entonces caridad, y miren, miren en esta pandemia cómo nosotros todos, como nicaragüenses nos autogestionamos, cada quien buscó cómo cuidar y cuidarse, y cuidándose cuidaba el otro, y cómo seguimos haciéndolo y tenemos que seguir haciéndolo como obra de caridad. En la medida en que nos cuidamos, cuidamos a los demás como un signo de caridad, y en estos huracanes nuevamente se vuelve a poner de manifiesto el gran corazón de los nicaragüenses…”.
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La disposición para ayudar a los afectados por los huracanes Eta y Iota son parte de la conciencia social de los nicaragüenses, estimó monseñor Álvarez.
Para el obispo de Matagalpa, el amor del reinado de Cristo debe ser integral e incluir el amor al medioambiente, por lo que inspirado en la Encíclica Laudato si del Papa Francisco, propuso un proyecto de nación ambiental. Esta es la propuesta integra del obispo:
La propuesta del obispo
“Quisiera concluir con unas palabras, una reflexión precisamente inspirada en la Encíclica Laudato si del Papa Francisco, reconociendo que hemos tomado mayor conciencia del cuido que se le debe a nuestra casa común, nicho comunitario que es el dónde peregrinamos por designios de Dios. Como hombres y mujeres de fe, como nicaragüenses, estamos conscientes del rol preponderante de cooperar en la recreación de la creación, que conlleva el cuido de la tierra, el agua, los bosques y el aire fresco. Todos, desde nuestra particular condición, tenemos una cuota de responsabilidad sobre los efectos que evidencian un acentuado cambio climático. Somos responsables, incluso, de las cosas mínimas, como de la bolsa de plástico que se tira, o de la botella que de pronto sale de la ventana de un vehículo, de un camión, de un bus, de la basura, que lamentablemente encontramos en carreteras, caminos y calles de nuestros poblados y ciudades, de una o de otra forma hemos colaborado en la desaparición de las quebradas y ríos en donde jugaron un día nuestros abuelos. En los cada vez más comunes huracanes, deslaves, la desaparición de los bosques y fuentes de agua se dejan entrever nuestras acciones, la extinción de la biodiversidad, la contaminación y desertificación de suelos que en el pasado fueron jardines floridos y hermosos, no han ocurrido por casualidad. Lo descrito nos obliga a una reflexión nacional a la que invito a todos mis hermanos nicaragüenses y que nos involucra cada uno de nosotros en un proyecto ambiental de nación. No puede haber un proyecto de nación sin tomar en cuenta como médula el medio ambiente, la ecología integral, proyecto que nos permita dejar a las futuras generaciones una tierra más habitable y menos contaminada. Los científicos, académicos, empresarios, periodistas, productores, sacerdotes, laicos, podemos construir todos una ruta ecológica que revierta el dramático clamor de la tierra: construyamos una ruta ecológica, sin exclusión de nadie, estamos llamados a aportar ideas, proyectos, trabajemos en conjunto, en favor de una Nicaragua más verde, trabajemos en conjunto, trabajemos en equipo, no tengamos miedo a trabajar en equipo con los demás, aunque no piensen igual a nosotros, aunque pensemos diferente, hagámoslo por la salud y la vida de nuestro pueblo. Hermanos y hermanas la responsabilidad es de todos. El evangelio de hoy nos recuerda que no nos salvamos solos. Es más, nos salvamos sólos si servimos a los otros, y estos otros no somos solo los que estamos viviendo en este tiempo presente, sino las futuras generaciones, y recordemos que quien no vive para servir, no sirve para vivir”.
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