Criticando a envidiosos, egoístas, ambiciosos y mentirosos, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos exhortó a los nicaragüenses a “construir un nuevo país en la verdad”, advirtiendo que “la mentira corroe y corrompe”.
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Durante la misa a puertas cerradas por la pandemia de la Covid-19, en la catedral San Pedro Apóstol e inspirado por el Evangelio de este domingo 27 de septiembre, monseñor Álvarez recordó que la mentira es “esencial” para envidiosos y ambiciosos, por lo que consideró que “es importante que los nicaragüenses trabajemos por construir un nuevo país en la verdad”.
La verdad, dijo el obispo, “es la columna vertebral para la construcción de un nuevo país, la verdad de nuestras relaciones interpersonales, pero también en las relaciones sociales, políticas, económicas, jurídicas, ambientales, y no dejar que la mentira se siembre como cizaña en nuestros corazones”.
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El jerarca católico enfatizó en su homilía en que “no se puede construir un nuevo país sobre la base de la mentira, ¡es un imposible! porque será como la casa construida sobre arena movediza, que en en la primera ventolera, en el primer problema, se viene abajo”.
El obispo de Matagalpa llamó entonces a recordar las enseñanzas del Catecismo de la Iglesia católica, que “nos invita a desechar la mentira, toda malicia y todo engaño, hipocresías, envidias y toda clase de maledicencia, (porque) nunca se podrá construir un nuevo país recurriendo al falso testimonio y perjurio”.
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“El respeto a la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarle un daño injusto; se hace culpable (de:) 1. De juicio temerario: el que, incluso, tácitamente admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo. 2. De maledicencia, el que sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran. 3. De calumnia, el que mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otro y da ocasión a juicio falso respecto a ellos. Hermanos todos pidamos al Señor que vivamos en la verdad, porque la verdad nos hará libres”, finalizó el obispo.
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