El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, criticó a los políticos que se descalifican en público, exhortándolos a resolver sus diferencias “con altura”, porque Nicaragua necesita políticos de un “alto perfil ético”, que además “se den a respetar y respeten a Nicaragua”.
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Monseñor Álvarez disertó antes sobre el evangelio que llama a “reprender” a solas al hermano que peca; aunque advirtió que esas correcciones, válidas para los diferentes ambientes de la cotidianidad, laborales, escolares, entre otros, deben ser con “caridad fraterna”.
“Pero, también en nuestra sociedad nicaragüense, donde muchas veces, lejos de arreglar sus diferencias y luchas políticas a lo interno, respetando la dignidad de la otra persona, tratando de edificarla, construirla, ayudarla, rescatarla, lo que hacen es ventilar el problema, las contradicciones en público, peleándose públicamente, convirtiendo las redes (sociales) y los medios de comunicación en verdaderos escenarios de confrontación, de ofensas, de epítetos y descalificativos que van y vienen sin miramientos, sin contemplación de ningún estilo”, dijo el obispo en la homilía de la misa que presidió este domingo 6 de septiembre en la catedral San Pedro Apóstol en Matagalpa.
“Es necesario, entonces, recordar que no naciste para destruir, sino para construir. Yo me pregunto: ‘¿es que piensan que así se ganan la confianza del pueblo?’. Nicaragua necesita políticos, que sí los hay, de un alto perfil ético, que diluciden los problemas con altura, las diferencias con altura, sin ofensas, sin ataques feroces…”, agregó el obispo.
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De acuerdo con monseñor Álvarez, los políticos deben dilucidar los problemas “con propuestas claras, diáfanas, con propuestas -como hemos insistido tantas veces- con visión de nación, dejando los vicios del pasado, aprendiendo de los errores y mirando hacia un futuro donde -no nos cansaremos de decir, igualmente- que sea el pueblo, los desheredados, los descartados por el mundo, los de las periferias, las mujeres, los jóvenes, los campesinos, los primeros protagonistas de su historia, de tal manera que no sean vistos ni tratados como objetos, sino como sujetos de esa historia que es nuestra historia”.
Asimismo, el jerarca católico apuntó que Nicaragua necesita de “hombres y mujeres líderes que sepan dialogar con todos, exponiendo sus ideas y, mejor aún, sus principios sobre la mesa, sin ningún tipo de juego de sombras. Hombres y mujeres que sepan escuchar las voces del exterior; pero sabiendo dejar claro, también con respeto y altura, que los que resolvemos los problemas de los nicaragüenses somos los nicaragüenses, que Nicaragua es pobre, pequeña, pero digna”.
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“Necesitamos que nos ayuden, pero que no nos impongan. Eso no sería digno. Los nicaragüenses no tenemos amos. Como si no fuéramos capaces y desconociendo nuestra idiosincrasia quieran venir con recetas externas a decirnos cómo hacer las cosas, líderes y políticos que se den a respetar y, que sí los hay, que mantengan la altura, respeten a los demás, se den a respetar y respeten a Nicaragua”, finalizó.
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