
Un vigilante identificado de manera preliminar como Santos Mauricio Lanzas, de aproximadamente 48 años, fue asesinado en la tarde de este jueves 8 de julio, por dos desconocidos que se movilizaban en moto y que presuntamente huían tras robar unos celulares en la cabecera municipal de San José de Bocay, departamento de Jinotega.
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Lanzas trabajaba para la Alcaldía y estaba en un retén a la entrada del poblado de San José de Bocay, cuando los desconocidos le dispararon a la cabeza y huyeron.
La Policía se movilizó al lugar para realizar las averiguaciones y peritajes correspondientes, pero hasta el cierre de esta nota, seguía sin brindar información oficial.
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El vigilante murió instantáneamente. Una versión extraoficial indica que los asesinos le robaron una escopeta calibre 12 y propiedad de la municipalidad, pero ese detalle no ha sido verificado.
En el poblado, la gente maneja que dos hombres en moto llegaron a un negocio y con pistola en mano exigieron que les entregaran dos celulares y “el hombre se los dio, ahí no más se corrieron, pero el hombre (afectado) llamó a la Policía… el vigilante estaba en la aguja por el hospital, bajó la aguja para no dejarlos pasar, pero cuando ellos (maleantes) llegaron, él (vigilante) se confió demasiado y le pegaron dos balazos”, relató un poblador.
El robo fue en el negocio de Herlinda Zeledón, quien presentó la denuncia, según trascendió extraoficialmente.
Violencia sigue
San José de Bocay junto a sus vecinos El Cuá y Wiwilí, son los municipios con más muertes violentas en el departamento de Jinotega.
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De hecho, la Policía también estaba averiguando el asesinato de Mauricio Vega Castro, de 19 años, registrado en la noche del martes 6 de julio recién pasado en la comunidad El Tabaco, jurisdicción del municipio El Cuá.
Damaris del Socorro Reyes, pareja de Castro, dijo a la Policía que ella estaba en la cocina cuando llegaron unos hombres, a los que identificó como Florencio Zelaya Sobalvarro, de 36 años, y Wilmer Peralta Marín, de 29.
Castro estaba en el corredor de la casa y los hombres le dispararon, por lo que el primero corrió hacia un cafetal, lo alcanzaron y le asestaron tres tiros y varias heridas con arma blanca en diferentes partes del cuerpo.
Una de las versiones que estaba averiguando la Policía es que a los sospechosos presuntamente les ofrecieron 90,000 córdobas y hasta les facilitaron una pistola para asesinar a Castro.
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