Yader Adolfo Ochoa Pérez, de 41 años, está preso en la unidad departamental de la Policía en Jinotega, donde lo investigan como uno de los presuntos implicados en el asesinato del agente policial Frank Martín Quintanilla Espinoza, de 48 años, ocurrido en el barrio Nuevo Amanecer del poblado de San Sebastián de Yalí, departamento de Jinotega.
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Mientras tanto, la Policía circuló a otro hombre, identificado como Eliar Noel Irías Rivera, de 31 años y con presuntos “antecedentes delictivos de robo con intimidación (asalto) y lesiones graves”, como un segundo implicado en el crimen, según un reporte oficial.
Quintanilla, quien ostentaba el rango de suboficial mayor en la Policía de San Sebastián de Yalí, fue hallado muerto con signos de múltiples machetazos a las 4:00 p.m. del martes 24 de marzo, en una pila séptica cercana al río Yalí en el barrio Nuevo Amanacer.
Sin embargo, reportes extraoficiales señalan que el cadáver estaba en descomposición, por lo que presumen que el crimen contra Quintanilla pudo ocurrir aproximadamente el jueves 19 de marzo, fecha que coincidiría con el día en que el agente policial habría sido visto tomando licor.
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El informe policial, en tanto, omite una relación de hechos y se limita a señalar que “los presuntos autores son los delincuentes” Ochoa e Irías, asegurando que estos “en estado de ebriedad, motivados por rencillas, discutieron con la víctima, lo agredieron con machete y lo lanzaron en pila (la) séptica”.
Un forense determinó que Quintanilla murió por un “trauma craneoencefálico severo”.
La Policía llegó a investigar en el sitio del hallazgo y el mismo martes 24 de marzo metió preso a Ochoa.
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