Justiniano Ramos Fernández, de 42 años, estaba dormido cuando la Policía llegó a arrestarlo como sospechoso de parricidio, además negó haber cometido el crimen contra su madre en la madrugada de este martes 18 de febrero en la comunidad El Ocotal, a unos 10 kilómetros al suroeste de la ciudad de Matagalpa.
Felícita Fernández, de aproximadamente 85 años y madre de Ramos, fue la víctima mortal en un caso que ha consternado a los habitantes de aquella comunidad. Ella estaba durmiendo en casa de unas vecinas, hasta donde el hijo llegó presuntamente ebrio a buscarla para exigirle dinero y seguir bebiendo licor.
En los días previos, Ramos había golpeado varias veces a su madre, según dijeron vecinos a diferentes medios locales. El lunes 17 de febrero, Fernández llegó llorando donde unas vecinas y se quedó a pernoctar.
“Estábamos dormidas y cuando el primer golpe, ella (Fernández) se levantó rapidito”, declaró una de las vecinas a la radio Vos de Matagalpa. Después de tres golpes, continuó relatando la vecina, Fernández abrió una puerta de la casa tratando de escapar de su agresor.
La vecina en tanto, empujaba otra de las puertas, buscando protección. Ramos lanzó piedras contra su madre y, según los lugareños, presuntamente le asestó en la cabeza, lo que la habría matado al instante. El parricida se fue presuntamente a dormir, de acuerdo con la primera versión de los vecinos.
“Cuando la Policía, vino él (Ramos) estaba dormido. Él dice que no la ha matado y que es injusto lo que están haciendo con él”, contó una de las amigas de Fernández. Agregó que “nuestra comunidad ha sido sana y nos asustamos al ver que un hijo mata a una madre, nunca había pasado esto”.
El Instituto de Medicina Legal en Matagalpa practicó la autopsia y todavía no trascienden los resultados sobre la causa de muerte y la presunta responsabilidad de Ramos.
Otro que mató a la madre en Waslala
Este sería el segundo parricidio reportado en lo que ha transcurrido de 2020 en los municipios que atiende la delegación departamental de la Policía en Matagalpa.
El primero ocurrió el 26 de enero en la comunidad Zinica, al norte de la cabecera municipal de Waslala, jurisdicción del Caribe Norte, donde Denis Flores Gómez, de 28 años, mató con una “raja de leña” y luego acuchilló y asestó varios puñetazos a su madre Martha Gómez Martínez, de 50 años.
Flores Gómez fue detenido y procesado. En solo la audiencia preliminar, -realizada el 30 de enero- admitió los cargos que le imputó el Ministerio Público, por lo que fue condenado a 30 años de prisión.
Flores Gómez debe cumplir la condena en el Sistema Penitenciario de Waswalí, al suroeste de la ciudad de Matagalpa y la misma expirará el 29 de enero del 2050, determinó la titular del Juzgado Único de Distrito Penal de Audiencias en Matagalpa, Maribel del Rosario Parrilla.
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